Dripped, llegó desde Francia allá por el 2012, pasó por Estados Unidos, le seleccionaron para el Óscar a mejor corto de animación, pero The Fantastic Flying Books dirigido por William Joyce y Brandon Oldenburg se lo arrebató. Aún así fue todo un éxito.
El encargado de hacer realidad este proyecto fue el ilustrador y cineasta Léo Verrier que dirigió y guionizó todo el cortometraje. Un proyecto que surgió mientras visitaba un museo y de repente empezó a sentirse hambriento, pero no quería salir del museo sin terminar la visita. Un primer corto, en el que nos narra la historia de Jack, un apasionado de la pintura, que en la Nueva York de los años cincuenta roba todos los cuadros que puede de los museos, con un único fin, comérselos. Una extraña obsesión que cada vez le será más difícil saciar.
Ganador al mejor cortometraje de animación en Sitges (2011) y el Cleveland International Film Festival. Dripped nos ofrece 7 minutos de maestría y creatividad en el que clásicos como Jackson Pollock y el Jazz están más vivos que nunca.
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