Una semana después de que Filomena nos haya visitado y dejado increíbles imágenes de una nevada espectacular en la mayor parte del país, aún seguimos con un inusual paisaje de montaña. Lo bonito de la nieve es esa imagen bucólica e icónica de un manto blanco que lo cubre todo. Lo malo es todo lo demás que viene aparejado con esta invernal estampa, incluido el frío, los resbalones y el bloqueo general de las comunicaciones.
Para disfrutar de la nieve siempre hay que ir preparado. Incluso para vivir en ella, aunque sólo sea unas jornadas. Por ello, en países de latitudes más cercanas al círculo polar las casas están totalmente adaptadas ante esta inclemencia climática. En Canadá, el estudio de arquitectura Naturehumaine ha sido el artífice de construir una cabaña para disfrutar de la naturaleza y sus paisajes más extremos en la reserva de Laurentides, al norte de Montreal.

En esta zona del continente americano es casi una constante los paisajes nevados y las temperaturas bajo cero durante el invierno. Por ello, Naturehumaine ha dotado de todas las comodidades y de todos los elementos indispensables a esta cabaña, bautizada como Poisson Blanc. Como un pez, esta construcción está cercana a uno de los múltiples lagos que se encuentran en la región de Laurentides. Además, alberga en el techo interior una moldura que se asemeja a la espina de un pez. Y es blanco por el color exterior que lo cubre, que se mimetiza con la nieve y se integra en su paisaje durante la temporada invernal.

Al interior, la cabaña Poisson Blanc de Naturehumaine también continúa con su estilo blanco impoluto en paredes y ventanas. Solo el color de la madera de arce rompe con la monotonía del salón, las habitaciones, la cocina y los baños. Los espacios resultan compactos y poco dados al exceso de tránsito en ellos. El salón se integra así con la cocina y el dormitorio principal se sitúa en la planta baja. Este ahorro se debe a un presupuesto bastante ajustado y poco dado a florituras. Pero también es cierto que, los espacios más reducidos permiten una mejor concentración del calor en las estancias que, durante el tiempo de las nieves, resulta mucho más rentable.
La cabaña se destina para un uso de disfrute del paisaje exterior y una vida interior centrada en lo justo y necesario. Naturehumaine consigue así con la cabaña Poisson Blanc una arquitectura monocroma, austera, pero a la vez sencilla, práctica y con encanto. Porque para disfrutar de la nieve siempre hay que ir preparados y Poisson Blanc cuenta con todo lo imprescindible para ello.
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