Desde la más tierna infancia, en los colegios nos enseñan que en el diseño las formas geométricas parten de elementos tan simples como son el punto y la raya. Éstos últimos, agrupados de diferentes maneras componen una amalgama de formas que permiten construir todo tipo de objetos e incluso seres humanos. Sin ellas no sería posible esquematizar y explicar en un argumento cómo es el aspecto de algo en un momento concreto. En China, el estudio arquitectónico Bengo conoce esta básica premisa y la ha llevado a cabo en una curiosa construcción que es una mezcla de cubos en altura.
Ubicada en la provincia de Anhui, se encuentra una cabaña enclavada en los bosques de la montaña Qiyun. Una pequeña carretera la comunica con el mundo civilizado. Más allá de eso, el resto de sus habitantes son la flora y la fauna del lugar. De la flora, cabe destacar que el cedro rojo crece en abundancia y forma extensos lagos de arboledas por toda la montaña. Estos árboles alcanzan los 11 metros de altitud. Y, precisamente, esos son los metros de altura que alcanza esta construcción.
La estructura principal está realizada en acero y se recubre al exterior con madera de cedro rojo que, por una parte, guarda homogeneidad con respecto del paisaje donde se ubica y, por otra, evita la intrusión de plagas de otros tipos de madera en la región. En total se disponen de 8 piezas geométricas ensambladas entre sí, de las cuales 7 son estancias para distribuir un hall de entrada, un salón, dos habitaciones, dos baños y una habitación para contemplar el paisaje. La octava pieza es un largo pasillo acristalado que conduce al hall principal.
[Austeridad a orillas del Atlántico]
La escalera de caracol interna, de casi dos metros de longitud, une las diferentes alturas y piezas en las que se divide la casa. Cada una de ellas mide de 6 a 7 metros cuadrados a excepción del pasillo de entrada a la vivienda. Cada uno de estos cubos goza de unas impresionantes vistas al exterior, garantizadas por la utilización de amplias cristaleras, que ocupan una pared de extensión. Con ello se permite la luz necesaria para iluminar el interior así como fundirse con el entorno del paisaje, para conseguir un estado de tranquilidad único en la zona.
Una casa que une los elementos clásicos de la arquitectura, con nuevas formas de diseño perdidas en la memoria y las fusiona con los elementos del paisaje en el que se integra, para conseguir un lugar digno descanso.
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