Desde pequeños, todo niño aprende a coger un lápiz entre sus dedos y hacer garabatos sin parar. Cuando este pequeño hobby va ganando terreno, por encima de cualquier otra actividad, al final se acaba convirtiendo en una adicción de la que es difícil escapar. El mismísimo Walt Disney se sintió tan cautivado por la magia de los lápices que no llegó a abandonarlos nunca, a pesar de sus fracasos. Incluso llegó a introducir innovaciones en el campo cinematográfico gracias a ese tesón y esfuerzo que ponía en todo lo que hacía.
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El artista portugués David Oliveira descubre una nueva forma de «dibujar» en el aire que resulta un tanto sorprendente. Usando como material el alambre, lo modela y retuerce para obtener esculturas en dos dimensiones pero que, a su vez, resultan dibujos realizados a lápiz. Para ello es necesario observarlos desde el ángulo adecuado,no vaya a ser que se confunda con un enjambre de alambres mal posicionados.
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Leones, pájaros, figuras humanas… todo es posible en un mundo 2D creado a partir de este material. Una técnica sencilla, un material discreto y una escultura-dibujo para admirar.
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