Ambiciosa, delirante, originalmente única y tremendamente divertida. Con razón Inside Out es la película que atrapó a toda la crítica de Cannes el pasado festival, y con razón lleva ya recaudados más de 250 millones de dólares.

insideout3Inside Out es en esencia, lo que muchos llevan intentando hacer en el cine durante años: tratar las emociones. Y posiblemente sea este el mejor coming-of-age que veamos en todo este año y en algunos más después.

Pete Docter firma la que es, sin miedo de decirlo, la mejor producción de Pixar desde Toy Story 3. Y sin duda la más original, y la que va a sacar de más de uno más lágrimas de las que se quieren soltar en medio de una sala de cine.

Inside Out cuenta la historia de Riley, una niña que se ve obligada a cambiar de ciudad por el trabajo de su padre; aunque en realidad la película cuenta la historia de las emociones que viven en la pequeña. Joy (Alegría), Fear (Miedo), Anger (Ira), Disgust (Asco) y Sadness (Tristeza) son las 5 piezas del volcán en llamas que es Riley (y que somos todos por naturaleza) los años previos a la pubertad.

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Este ámbito de la pubertad siempre ha sido uno de los filones más explotados en el cine, con sus más y sus menos acertadas películas y, obviamente, la originalidad de Inside Out no reside tanto en su premisa básica, como en la forma que adopta para desarrollarla y es que en ese sentido, Inside Out es una propuesta arriesgadísima y muy loca, cuya inteligencia y resolución son descacharrantemente sobresalientes.

Como sobresaliente es también la construcción del lugar en el queinsideout1 habitan las emociones de Riley, desde las islas de la personalidad, el almacén de recuerdos, el mundo de los sueños, el vertedero, hasta esas bolas-recuerdo a lo Minority Report… todo en Inside Out está pensado para los más pequeños, pero diría que más para los mayores que serán capaces de adoptar cualquiera de los elementos que conforman a Riley como algo propio, aunque en realidad solo estemos delante de cinco personajes que representan la personalidad de una niña de once años.

Estas cinco coloridas emociones viven en un centro de control/operaciones desde donde controlan a la pequeña, y la ayudan a tomar sus decisiones, aunque no siempre éstas salgan bien. Joy (Alegría, cuya voz es la de Amy Phoeler) es la emoción más importante de Riley y trata de mantener el optimismo en todo el centro de operaciones, sin embargo, se ve inmiscuida en un pequeño conflicto que dará paso a la aventura emocional (no solo para Riley, sino también para el espectador) que supone el visionado de Inside Out. Más aventura emocional será, si se me permite decirlo, para aquel que vaya a ver la película sin haber descubierto aún que en la vida, para ser felices no solo debemos vivir felicidad y que ésta no significa absolutamente nada sin la cara “menos alegre” de la moneda, la tristeza.

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Inside Out nos habla de una manera tan clara que asusta; nos habla de crecer y dejar paso a lo que vendrá, de olvidar, de filtrar recuerdos, o también ¿por qué no? de reavivar otros que ya creías en el vertedero… Habla de todo lo que al final acaba significando una cosa (no) tan simple como madurar o aprender a ser feliz. Porque sí, a ser feliz también se aprende. Y entre gag y gag, entre carcajada y carcajada (hay muchísimas), poco a poco vamos viéndonos reflejados en cada paso que toma el guión de Inside Out; y es que apunta directamente a nuestros recuerdos esenciales más personales.

Siinsideout6 de algo estamos ya seguros es de que Pixar hace tiempo que no hace películas para niños o, al menos, no solo para niños. Y el discurso que se puede hacer de Inside Out tras verla, bien les valdrá más a los padres que a los pequeños que estén sentados en la sala: hay que aprender de los problemas, hay que llorarlos, hay que dejar aflorar a las emociones, no cegarlas, y sobre todas las cosas, Inside Out habla de valorar también la tristeza; la misma que muchos encierran automáticamente y bajo llave. Por algo en Inside Out no existe un “villano”; y es que no hay que ser un lumbreras para darse cuenta de que el peor villano de todos, puedes llegar a ser tú mismo.

Señores, la vida no se resuelve solo con sonreír y pensar en positivo y el cine de animación nos vuelve a hablar altísimo y clarísimo, y nos vuelve a dar lecciones como pianos. En ese sentido, ojalá todas las películas fueran como ésta.

Y ahora una nota para quien ya haya visto la película: ¿Es o no es ya el “Triple Dent Gum» un recuerdo esencial en vuestras vidas?

¡Larga, larguísima, vida a Pixar!