Que los estilos arquitectónicos nacen, crecen, se expanden y desaparecen por la aparición de los siguientes, es un proceso muy común en la historia de las civilizaciones. En general, la mayoría de ellos tienen una duración determinada y un propósito determinado para el cual fueron elaborados. Sin embargo, hay ciertos elementos que, una vez se emplean en una construcción, se convierten de alguna manera en sello de identidad de un barrio, un distrito o una ciudad.
Algo así es lo que ocurrió con el distrito de Nunhead, en pleno corazón de Londres. La mayoría de las construcciones que se distribuyen por sus manzanas datan de la época victoriana o eduardiana. Como ocurre con cualquier distrito central de cualquier ciudad europea, los edificios históricos siguen en pie otorgándole una personalidad que le da su seña de identidad. Lo que resulta realmente una novedad es utilizar las bases de estos estilos tan característicos para dar el siguiente paso en la evolución del mismo. Y eso es lo que el estudio de arquitectura Fraher & Findlay es lo que ha conseguido con las denominadas como Ghost Houses.
Las Ghost Houses de Fraher & Findlay se denominan así por su color blanco exterior, que las hace diferenciarse por completo del resto de edificaciones colindantes. La estética de ladrillo y el dibujo de su fachada es similar al empleado en el estilo eduardiano. Lo único que cambia es el empleo del ladrillo blanco en lugar de la tonalidad original y el empleo de cinc en el tejado para otorgarle ese aspecto fantasmal.
Al interior, las Ghost Houses también han querido romper un poco el patrón típico de este tipo de construcciones. Con un pasillo que articula la entrada hacia las escaleras de la planta superior o hacia la cocina, se guarda el sentido de la intimidad del hogar. El pasillo conduce a una cocina abierta a un salón, un baño y a la terraza. La planta superior alberga dos dormitorios y un baño completo. Y el ático nos sorprende con un dormitorio adicional y un estudio, junto con una claraboya que ilumina todo el entramado de la escalera.
El diseño del interior es mucho más moderno y alegre de lo que podíamos esperar. El suelo de terrazo de la planta baja se combina con la madera de roble empleada en la escalera y parte del mobiliario. En los pisos superiores se opta por el uso de tarima y se combina con un mobiliario sencillo y funcional.
Las Ghost Houses de Fraher & Findlay se conciben como una alternativa constructiva más moderna y adaptada a los tiempos actuales, sin perder la tradición de la construcción eduardiana. Lo nuevo da paso a una mayor luz y colorido frente al sentido más frío y tradicional del estilo local. Una apuesta arriesgada pero que tiene visos de ser una visión mucho más cercana de la interpretación de lo tradicional.
Fotografía de Adam Scott.
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