No hay nada que sepa mejor, que esperar cero y recibir 100. Cómo entrenar a tu dragón es posiblemente uno de los mejores ejemplos de lo cierta que es esta afirmación. Basada en el libro de Cressida Cowell, cuenta magistralmente la historia de un pequeño vikingo, Hiccup (Hipo en castellano), que se ve obligado a lidiar con dragones, hasta que topa con el más peligroso de todos, Toothless (o Desdentado en castellano). La superación, la valentía, la amistad, los valores morales, son algunos de los puntazos que esta cinta, dirigida por Chris Sanders y Dean DeBlois, afirmaba con tinta de oro ya en 2010.

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Este fin de semana, 4 años y muchos deseos de tener Toothless de peluche después, llega su nueva entrega para coronarse como la grandísima producción que es. Con un niño vikingo ya no tan niño, y todos los personajes de la primera cinta además de otros nuevos, Cómo entrenar a tu dragón 2 ha sido uno de los estrenos más esperados de la temporada y ha llegado para ser la reina de la cartelera veraniega.

Uno de los aspectos más llamativos de la primera parte fue la colaboración entre los sistemas HP y Dreamworks Animation, fusión de la que surgieron (necesarias) y grandes mejoras de software (creando “PREMO” un nuevo programa que permitía a los animadores trabajar con una mayor facilidad). El resultado fue una película de una fuerza visual sin nada que enviar a la Reina Madre Disney Pixar. El talento de los creativos de Dreamworks ya se veía de largo solamente en los bocetos realizados para el storyboard de la película, aunque la magia llegase de la mano de la tecnología.

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premo_demo3_1020Esta más que resultona colaboración vuelve a hacerse realidad en esta nueva entrega, y lo cierto es que los datos esta vez sí que hablan por sí solos: 700 millones de archivos digitales generados y guardados en unos 400 terabytes de datos. Más de 130.000 frames generados por ordenado, 270.000 millones de píxeles, ¡¡¡90 millones de horas de renderización!!! con servidores trabajando en el proceso una media de 500.000 trabajos de render al día… Las cifras se escapan de todo lo que uno pueda esperar y se traducen en un no parar, vamos. Todo este trabajo incesante de producción y creación se nota en la película, sin lugar a dudas.

Uno de los aspectos más alabados de la primera película fue la banda sonora compuesta por John Powell, todo un acierto, un trabajo que pone la piel de gallina desde la primera nota. Esta vez (y era obvio el porqué) Powell vuelve a ser el encargado de componer la música que conduce la película, estudiando y entrando de lleno en el alma de cada personaje. De nuevo clava cada tema y nos llena los ojos de lágrimas con una facilidad pasmosa. Da gusto ver la película y disfrutarla, pero realmente se me llena la boca al decir que en Cómo entrenar a tu dragón 2 vuelve a ser palpable al 100% el amor que se le ha puesto a la cinta: cada plano milimetrado, cada escena estudiada, cada frase, cada nota musical… todo, sin excepción vuelve a ser, una vez más, maravilloso.

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Para muchos, Cómo entrenar a tu dragón 2 podría parecer una secuela innecesaria, y más habiendo tenido una primera parte totalmente redonda. Pero lo cierto es que esta segunda entrega se come a bocados el escepticismo de todos aquellos que se han acercado con recelo a ella. Y aunque le cuesta algo arrancar, al final no decepciona. Toothless y Hiccup han vuelto para regalarnos de nuevo su adorabilidad, su ética, su moral y sus lecciones de vida.

Sí, señores: estamos ante otro cautivador y adorable milagro como ya lo fue su primera parte. Un más que posible TOP 1 en la categoría veraniega de: ¡NO PERDÉRSELA BAJO NINGÚN CONCEPTO!