Mucho/as os preguntaréis ¿qué narices es el mundo folk?, pues es algo de lo que hoy muchos de nosotros carecemos. Es sentirse libre, despreocupado, en una total conexión con la naturaleza y nuestros orígenes, ser uno mismo, original y único. Así es como podríamos definir a nuestro artista de este mes. Daniel Santalla. Con una visión especial que nos hacen evadirnos por unos instantes a esos momentos que guardamos cada uno de nosotros en nuestra memoria como recién sacados de una película rodada en super 8. Imágenes que parecen desvanecerse poco a poco atrapadas por ese espíritu de libertad que cada vez anhelamos con más fuerza.

Porque nos gusta el mundo folk y, sobre todo, una fotografía que es capaz de absorbernos y transportarnos como protagonistas de la instantánea. Hoy, Malatinta habla con Daniel Santalla.

¿Quién es Daniel Santalla?

Daniel Santalla es un chico gallego apasionado de la vida y de su entorno. Extremadamente sensible , lo que me ayuda a focalizar y plasmar lo que siento mediante la fotografía.

El fondo de este mes está diseñado por ti, ¿qué quisiste reflejar en él?

El mundo folk me gusta mucho y los patterns de tipo étnico-azteca me encantan. Ya que mis imágenes captan la naturalidad. Un fondo así le daría un toque bonito y añadiendo los tonos que uso para las fotografías, pienso que podría salir algo chulo

Con tan sólo 27 años, has conseguido que tus trabajos salgan en publicaciones de todo el mundo como en la revista francesa Fisheye Magazine. ¿Piensas que la edad es sinónimo de éxito?

unnamedEl premio de la revista Fisheye fue increíble. Gracias a ellos una de mis imágenes estará todo el mes de septiembre expuesta en Toulousse. Llegar con mi trabajo a tanta gente y revistas de todo el mundo me ayuda a seguir hacia delante y coger confianza como fotógrafo.

No creo que la edad sea sinónimo de éxito, sino el trabajo bien hecho y hacer las cosas con pasión y mucha ilusión. Esto es lo que pretendo poner en cada una de mis fotografías y en mi vida diaria.

Como tú mismo comentas los paisajes de tu tierra, Ferrol, te han servido de inspiración y de vehículo para dedicarte a tu verdadera pasión, la fotografía. Si hicieras un resumen de tus viajes, ¿en qué momento dirías que finalmente te diste cuenta de que no querías vivir de otra cosa que no fuera la fotografía?

Todavía estoy dándome cuenta ahora, porque desde que empecé hace algo más de dos años todo está pasando verdaderamente rápido, están surgiendo proyectos que me hacen continuar en esta faceta con ganas, gracias a la gente que confía en mi trabajo.

Si no hubieras sido fotógrafo, ¿por qué te habrías decantado?

Estudié magisterio de educación primaria y los niños me encantan. Hasta hace bien poco estuve dando clases particulares, así que me imagino que intentaría seguir con la docencia.

¿Cómo definirías tu trabajo?

Me gusta definirlo en tres palabras que son las que a mi me inspiran: sensibilidad, sutileza y naturalidad.

Si miraras por la mirilla de una puerta y escucharas a una persona que está admirando tu trabajo, ¿qué crees que estaría diciendo?

Da mucho respeto saber lo que opina la gente de mi trabajo, el miedo a que la gente no entienda o no sea capaz de sentir lo que el artista intenta reflejar es bastante duro aunque es algo que siempre pasa.Me encantaría que esa persona que está observando mi trabajo se sintiera agusto, que fuera capaz de evadirse al menos dos segundos y conseguir tener un momento de tranquilidad en el que notara la brisa del mar.

Hoy en día, gracias a las redes sociales y a la tecnología, vemos como cada vez más la gente se interesa por la fotografía, ¿crees que es algo pasajero?

Espero que no sea algo pasajero, a día de hoy está más en auge que nunca y es una herramienta muy buena, permite que muchos de nosotros mostremos interés, quizá por temas a los que hace un tiempo no hubiésemos dado ninguna importancia.

En 2013 pudimos disfrutar de tu trabajo en la galería ferrolana Estudio Abierto, ¿cómo fue la experiencia de ver tus obras colgadas de las paredes de un estudio?

Fue mi primera exposición, gracias a mi amiga Alicia Seoane ( una de mis fotógrafas favoritas ) y la cogí con muchas ganas y mucha fuerza. Pasar de que tu trabajo lo vean tus familiares y amigos a que esté expuesto al público es un paso muy grande.

Con respecto a la segunda pregunta, ésta exposición me hizo darme cuenta de que quería dedicarme a la fotografía. Fue una experiencia preciosa de la que aprendí mucho y dejé que mi trabajo fuera público y criticable.

La fotografía que te mostrará el rostro de «los sin techo»

¿Qué dirías que te aporta la fotografía?

Me aporta otra visión de la vida. Una visión que ayuda a evadirme y relajarme cada vez que me pongo detrás del objetivo. Una vida con la que intento captar lo que pasa en mi cabeza y reflejar mis sentimientos y vivencias.

¿Piensas que los artistas tienen apoyos suficientes para poder vivir del arte?

No, todavía falta mucho para que los artistas puedan vivir del arte. Pienso que se están consiguiendo muchas cosas, y espero que vaya creciendo. Gracias a revistas como la vuestra, sí es cierto que hay mucha difusión y eso es algo que adelanta mucho el trabajo. Al igual que las convocatorias y concursos que cada vez hay más.

Si volviera a nacer sería…

Sería yo. Debemos estar contentos de nosotros mismos e intentar disfrutar de la vida que nos ha tocado. Pero si tengo que elegir algo que no fuera yo, sería una ola de mar.

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Juan Osborne y el código de la ilustración

Si mi vida fuera una película sería…

Más que ser, voy a contar la que me gustaría que fuera: ‘Lo que el viento se llevó’ . La famosa de frase de » ya lo pensaré mañana» de Escarlata O’hara deberíamos aplicarla todos en momentos de estrés.

¿Qué es lo que nunca harías?

No sabría qué responder, muchas veces hacemos cosas que nos repetimos en la cabeza que no haríamos y las hacemos. No siempre salen bien, pero ahí están. No arrepentirse de lo que uno hace es algo positivo.

Me queda por hacer…

Por hacer me queda mucha vida, y espero que una de esas cosas sea irme a conocer América y sus pueblos y naturaleza. Coger una autocaravana con buena compañía y disfrutar de sus paisajes.