Diseños arquitectónicos sorprendentes, que parecen sacados de una película futurista. Todos ellos son fruto de la mente laboriosa y creativa del arquitecto chino James Law. Las formas del edificio, los elementos utilizados, las soluciones aplicadas… pertenecen a un particular mundo de imaginación sólo apto para una mente que viaja a un futuro, no muy lejano, y que es capaz de crear construcciones, que parecen imposibles de llevar a cabo, pero que resultan asombrosas por lo prácticas que resultan.

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En el año 2012, Law presentaba su proyecto para la construcción de un complejo residencial de lujo en la ciudad de Bombay. Se trataba de un edificio de 30 pisos de apartamentos que llegaba a alcanzar los 140 metros de altura. A su vez, había que integrar toda una serie de servicios como un spa, un gimnasio, una pista de bádminton y un garaje de tres niveles. Parinee Ism, como se bautizó al proyecto, resultaba un edificio más para alojar inquilinos de gran poder adquisitivo, aunque realmente no fue así.

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Lo novedoso de este complejo es la forma misma del edificio. Law se inspiró en la última letra del alfabeto griego, la letra Ohm (Ω). No sólo eso. Cada uno de los apartamentos cuenta con una piscina particular visible desde el exterior, realizadas en cristal y que le dan un aspecto un tanto vertiginoso. En un principio, se buscaba que todo el conjunto fuera armonioso, dinámico y fluido, como el correr del agua de un río o la llegada de las olas a la orilla de una playa. Sin embargo, las piscinas han sido eliminadas del proyecto final para dar paso a unos balcones de cristal con sorprendentes vistas y a una piscina comunitaria única que se renueva con el agua de las piscinas flotantes iniciales.

Otro de los elementos que llama la atención es una especie de ovoide situado en la parte central que genera la forma en Ohm. Esta figura acoge un club social dentro del edificio. Lo más excéntrico  resulta la manera en que se abre al exterior para dejar paso a la luz natural solar.

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La cyberarquitectura de James Law no pasa desapercibida y no deja indiferente a cualquiera. Para algunos, el proyecto resulta un tanto ridículo. Para otros, es un derroche de inspiración e imaginación. El resultado del mismo se podrá comprobar una vez hayan terminado las obras de construcción.