Lo que más llama la atención del siglo XXI es el carácter efímero que tienen las cosas (y lo que no son cosas). Parece que todo tiene un carácter consumista que se ha llevado al extremo. Cuanto más se consume algo más efímero parece su recuerdo en la memoria. Cuando vemos una serie en nuestro canal favorito y terminamos de verla en solo unos pocos días, pasamos a la siguiente sin apenas una vaga reflexión sobre la misma. Y si nos pregunta sobre la misma en una semana ya ni el nombre de los personajes principales ha quedado impreso en nuestras neuronas. Con el resto de elementos que conforman nuestra vida cotidiana parece ser que sucede casi lo mismo.
Ese concepto de lo efímero se ha podido comprobar hace un par de fines de semana en Londres. La firma de bloques de construcción LEGO realizó un proyecto de edificación junto con la diseñadora Camille Walala. La cosa no tendría mayor relevancia si no fuera por lo efímero que ha permanecido abierto a la exhibición pública. Esta instalación, bautizada como House of Dots, se ha llevado a cabo forrando sendos contenedores de metal con más de dos millones de piezas de LEGO. El resultado ha sido una casa de lo más chula.
La House of Dots de LEGO y Walala está formada por cinco estancias: un salón, un baño, una cocina y dos habitaciones. La diseñadora Camille Walala ha conseguido transmitir toda esa energía que desborda dando rienda suelta a su imaginación y creando una vivienda única, divertida y, sobre todo, artística. Colores desbordantes, círculos, cuadrados y rayas han sido los protagonistas de una muestra donde grandes y pequeños han disfrutado como nunca antes.
Para la próxima edificación, sería curioso que LEGO contara con la visión única y diferente de Ágatha Ruiz de la Prada. El reto sería fascinante.
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