David Bustamante y Paula Echevarría: el fin de un amor no apto para diabéticos

Pocas esperanzas tenemos puestas en el amor tras conocerse la ruptura de Paula Echavarría y David Bustamante, que ponen punto y final a su matrimonio después de más de 12 años de relación. Ya fue duro ver a la pareja de oro de Hollywood, Angelina Jolie y Brad Pitt, echándose los trastos a la cabeza a finales del pasado año, lo mismo que sucedía con Pablo Iglesias e Íñigo Errejón, cuyo romance echaba aguas por doquier y, como ‘Ella baila sola’, se vieron en el dilema de ver cómo repartir los amigos. No me llevaba tal disgusto desde que Imanol Arias, en la piel de Antonio Alcántara en ‘Cuéntame cómo pasó’, le era infiel a Ana Duato –Merche- con otra señorita.

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Y ahora comienza la semana con el divorcio del cantante y la actriz que más merengue han vendido a través de su Instagram. Un ‘instalove’ muy rentable, por cierto, y por el que deberían pedirnos perdón, dado que tendría que considerarse delictivo el hecho de hacernos creer que la vida puede ser siempre happy y edulcorada al extremo y luego, de la noche a la mañana, llevarnos la sorpresa de que sois personas normales que además tienen sentimientos. Pero no me refiero a esos sentimientos que se rentabilizan a golpe de exclusivas, tensionando las comisuras de los labios para dibujar sonrisas más exageradas que Winona Ryder recogiendo un premio, sino de esos otros sentimientos tan mundanos que ahora, 12 años después, os quema en el pecho. Ya no es amor, es desamor. ¡qué más da, el caso es sentir! Sentirse vivo.

Así han retratado artistas de distinta índole el desamor, una pista para aquellos que podrían querer hacer caja ahora desdibujando sonrisas para transformar esa vida que torna de comedia romántica a drama sin despeinarse.

¡RIP AMOR! The show must go on…