Ya llega diciembre. El fin del año se acerca. Y con ello, las fiestas navideñas, las vacaciones y la llegada del invierno. Es una de las épocas del año que más acontecimientos acapara. Y si en el hemisferio norte del planeta llega el invierno, en el hemisferio sur dan la bienvenida al verano. Cosas de este planeta… con ese equilibrio bien definido que nos ha permitido llegar hasta hoy. Y como las vacaciones ya están aquí, muchos aprovecharán para irse a la playa o a la montaña, a disfrutar de la nieve, el paisaje o del mar.

En los Apeninos italianos, seguramente muchos aprovecharán la temporada estival para esquiar y pasar un tiempo de ocio ameno y diferente. Es en este paisaje alpino donde encontramos una construcción denominada la cabaña del ermitaño. Aunque pueda parecer un poco contradictorio, ya que en una estación de esquí se encuentran tantas personas como habitaciones ofrecen los hoteles cercanos, esta construcción se encuentra en un lugar apartado de todo ese bullicio.

La firma arquitectónica italiana Studio Llabb es el artífice de esta cálida cabaña. En un lugar situado en lo profundo del paisaje alpino, rodeado de vegetación agreste, se alza este pequeño lugar que aparece como un remanso de paz en medio del mundanal ruido. Una de las características principales de los proyectos de Studio Llabb es el espacio. Este elemento se constituye como el objetivo primigenio a través del cual se articula el resto de los elementos. Tal es así que, el espacio en sí, busca y consigue una precisión técnica cuya finalidad es la integración de la persona que va a habitar ese lugar. El diseño, el mobiliario, la iluminación y la ventilación van a ir de la mano para conseguir adaptarlo según las necesidades del inquilino. De esta forma, el espacio unifica el resto de los elementos para conseguir un efecto positivo en pos de las necesidades requeridas, equilibrando la necesidad con la practicidad y consiguiendo el disfrute interior y exterior de sus habitantes.

Studio Llabb ha realizado este proyecto en madera. Siguiendo los patrones de las construcciones japonesas, la cabaña del ermitaño emula a sus contemporáneas escandinavas pero con ese toque más asiático. El espacio interior resulta así minimalista, al recoger lo meramente necesario para dormitar en él. Una cama, un escritorio, un techo donde guarecerse, son los únicos elementos necesarios para que un ermitaño sobreviva ante el paisaje del bosque de montaña. Y son los elementos que ofrece esta bonita construcción.

Studio LLabb consigue así convertir un espacio en el refugio perfecto de un antiguo ermitaño. Esta cabaña aparece así solo con lo necesario para entregarse a la meditación interior, como la filosofía japonesa indica, pero en un paisaje europeo. Cambiamos la cueva del ermitaño por la cabaña, pero el mensaje es el mismo: la búsqueda del interior, la instrospección interior, a través de la contemplación del paisaje exterior. La búsqueda de la luz solar iluminando el interior del alma humana, como símil de la luz propia interior del ser humano. Y como espejo del propio ser humano, las luces y las sombras conviven en un paisaje iluminado y otras veces ocultado por las nubes del cielo en busca de su propia paz interior.Busca tu luz interior en la cabaña del ermitaño de Studio LLabb