El pasado domingo finalizó uno de los festivales más famosos y desconocidos al mismo tiempo del planeta: Burning Man. Con más de dos décadas de historia el desierto de Nevada acoge a más de 70.000 personas de todo el planeta. Pero este no es un festival al uso, olvídate del FIB, SONAR, o incluso Tomorrowland, si lo que buscas es un jugoso cartel musical este no es tu sitio.
Muchos definen el Burning Man como una experiencia mística donde se aúna el arte y parte de locura (de la buena) a partes iguales. Y es que asistir a este festival es como aterrizar en otro planeta, y no sólo por la dificultad de conseguir entradas. Los más de 5km² de desierto son el perfecto lienzo en blanco para todo el arte, talleres y eventos que se dan durante toda una semana.
Es dificil enumerar todas las instalaciones que recoge cada año este festival, ya que atrae a una gran cantidad de creativos de muchas areas. La mayor parte de instalaciones son temporales y duran lo mismo que el evento, la mayor parte son obras escultóricas. Este año algunas de las más destacadas han sido: «La máquina de escribir», El «Ojo Compuesto», «Amor», el «Ganso de peniques», o la estatua «Re-evolución», entre muchos otros. Sus estructuras metálicas y de maderas son el perfecto contraste con el paraje desértico que las rodea.
- Máquina de Escribir via Jim Urquhart
- Ojo compuesto via @CAITLINMALONEY Instagram
- Ganso de peniques via Jim Urquhart
- Totem de las confesiones via @HERMINITONETO Instagram
- Amor via @HANNAHLIKESART Instagram
- Convirtiéndome en humano via @DYLAN_KAHLE Instagram
- Enmarcado via Jim Urquhart
- Re-evolución via @ELIOME81 Instagram
Mires donde mires encontrás arte y sobre todo excentricidad y los asistentes no son menos. Los vestuarios parecen sacados de un futuro postapocalíptico, seguro que a más de uno le recuerda a la aclamada película Mad Max. Sea como fuere las tribus parecen mezclarse y puedes encontrar rastas, plataformas, arco iris e unicornios, todo con un cierto toque steampunk que concede la continua polvareda de las recurrentes tormentas de arena.
Tras una semana de talleres, fantasía y meditación, el punto culmen llega el sábado con la quemada que da nombre al festival «Burning Man». Cada año se crea una enorme estructura de madera que la última noche sirve del epicentro para la ceremonia que incluye fuegos artificiales e incluso lanzallamas. Los asistentes se reúnen en el que es el momento más espiritual, mientras observan en completo silencio como el fuego no deja rastro de la enorme estructura. El colofón de un festival excéntrico e inolvidable. ¿Te atreverías?
- Via Jim Urquhart
- Via Jim Urquhart
- Via Jim Urquhart
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