¿Sabías que países como Holanda o Francia han prohibido el uso del burka en lugares públicos y que llevarlos puede suponer una multa de hasta 405 euros?,¿sabías que el burka puede llegar a provocar enfermedades como glaucoma, ceguera prematura, esclerosis múltiple, obesidad, diabetes, raquitismo, etc..?. Una prenda que en países como Afganistán son de uso obligado como símbolo de respeto hacia sus maridos los que no eligen y los que llegan a pagar por una mujer hasta 7.000 euros. El burka no es una prenda más. No es moda. No es tendencia. No es optativo. No en un país esclavizado, torturado y denigrado por los talibanes que consideran a las mujeres animales a lo que educar.
Azotes en público contra aquellas mujeres que no oculten sus tobillos. Requerimiento para llevar un largo velo (burka), que las cubre de la cabeza a los pies. Azotes, palizas y abusos verbales contra las mujeres que no vistan acorde con las reglas talibán o contra las mujeres que no vayan acompañadas de su mahram (su marido y guardián) y así una larga e impactante lista que los talibanes imponen a las mujeres en Afganistán y que ahora conocemos gracias a RAWA -Asociación Revolucionaria de las Mujeres de Afganistán-. Ser mujer no es sencillo. Es cruel. Es inhumano.
‘Discúlpenme ustedes, pero ésto es fascismo’
Ahora, la artista del performance Julia Martínez ha querido reflexionar sobre cómo es la vida tras los muros que supone el burka y en una impactante performance en la que ingiere un plato de espaguetis, nos invita a sufrir, sentir y angustiarnos con cada bocado. «Es curioso que pueda parecer a nivel de audio que el sonido en un momento dado llegue a resultar forzado, sin embargo el hecho de comer y respirar a la vez con un tejido que cubre por completo el rostro te inhabilita para realizar la misma función al unísono. Se encontraba obligada a realizar un esfuerzo titánico para que el aire le entrara sin ahogarse mientras se metía porciones de pasta», comentaba Omar Jerez compañero artístico de Julia. «Tras terminarse el plato Julia vomitó toda la comida», declara Jerez.
¿Cómo te sentirías si mientras comes no pudieras respirar o ver lo que te estás llevando a la boca?. ‘Discúlpenme ustedes, pero esto es fascismo’ es el espejo de miles de mujeres que sufren la tiranía de un estado ultramachista, cuyo único objetivo es tratarlas como mercancía
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