Y, por fin, llegó el día grande de la televisión y, sobretodo, de las series estadounidenses. Anoche se desplegó la alfombra roja, los protagonistas se vistieron con sus mejores galas para luchar por una de las estatuillas que reconoce el trabajo que, no solo de este año, sino de una larga trayectoria que muchas series se han ido labrando poco a poco.

El Teatro Nokia de Los Ángeles fue el encargado de acoger, un año más, la gala de los Primetime Emmy Awards dónde Game of Thrones, Breaking Bad y American Horror Story: Coven, partían como máximas favoritas con dieciocho, diecisiete y dieciséis nominaciones respectivamente.

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La serie Breaking Bad se alzó como clara vencedora de la noche y, poniendo así el colofón final a la serie, recogía los premios a la mejor serie de drama, mejor actor de serie de drama que recayó sobre Bryan Cranston, siendo de esperar, ya que era el gran favorito de la noche y de prácticamente todas las quinielas. Pero no acababa ahí, ya que no dieron tregua a las categorías de mejor actor y actriz de reparto en serie de drama que recayeron sobre Aaron Paul y Anna Gun.

En el apartado de comedia, Modern Family fue la clara vencedora alzándose con las estatuillas en las categorías de mejor serie de comedia y mejor actor de reparto para Tu Burell.

En el resto de categorías destacadas, los premios estuvieron más que repartidos. Julianna Marguiles se llevó el premio a la mejor actriz de serie dramática y, Sheldon Cooper, es decir, Jim Parsons, se alzó por cuarta vez, con el de mejor actor en una serie de comedia. En el apartado femenino, Juliana Louis-Dreyfus, protagonista de Veep, recogía el galardón a mejor actriz de comedia y, Allison Jenney, de Mom, en la mejor actriz de reparto de la misma categoría.

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A parte de las grandes favoritas y, como es habitual en toda entrega de premios, hubo sorpresas como la de Jessica Lange que, por tercer año consecutivo, subió al escenario para recoger el premio como mejor actriz de miniserie, superando así a su compañera de reparto en AHS: Coven, Sarah Paulson o, la de Julia Roberts que se quedó sentada y no recogió el premio como mejor actriz de reparto en una miniserie, ya que Kathy Bates la arrebataba el premio.

El galardón como mejor miniserie, fue para la serie Fargo y, como mejor película para televisión recayó para The Normal Heart.

La gran sorpresa de la noche, nos la regalaba Game of Thrones, siendo la gran perdedora de la noche, ya que solamente pudo recoger premios secundarios como el de mejor maquillaje en serie de ficción por el capítulo The Children o en la categoría de mejores efectos visuales.