El pasado 1 de julio se conmemoró el décimo aniversario de la muerte de uno de los actores más importantes de la historia del cine, Marlon Brando.

Icono del cine durante las décadas de los cincuenta y sesenta, el actor estadounidense, se formó en escuelas de Nueva York como The New School o Actor’s Studio. Sus primeros papeles fueron en pequeños teatros hasta que, en 1944, consiguió su primer papel en una gran producción de Broadway como I remember mama. Desde ese momento, no paro de trabajar en obras como Candida o, la que le llevo al estrellato interpretando a Stanley en Un tranvía llamado deseo. Pocos años después, en 1951, la obra fue llevada al cine, con Brando reinterpretando de nuevo el papel protagonista. ¿El resultado? Doce nominaciones a los Oscars, entre la que se encontraba la de mejor actor principal.

Aunque, en esa ocasión no consiguió la estatuilla dorada, durante los siguientes años volvió a estar en las nominaciones pero, no fue hasta 1954, que recibió el premio por su aparición en la película La ley del silencio. Después vinieron una serie de películas como La casa del té de la luna de agosto o Rebelión a bordo.

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En ese momento empezó la decadencia del actor. Su físico cambió de forma radical: había pasado de ser un auténtico sex-symbol a un personaje totalmente irreconocible por sus problemas de obesidad. Su carácter tampoco ayudó mucho ya que, en contra de lo que todo actor de renombre hacía, él no se interesó en buscar nuevos proyectos y se refugió en su isla privada de Tahití.

Pero si de algo recordamos al gran Marlon Brando, es por su interpretación de Vito Corleone en El Padrino que le hizo valedor de su segundo Oscar. Después de esta película, volvió a las andadas: actuaba en películas simplemente cuando necesitaba dinero, como en la primera entrega de Superman, donde hacía el papel de Jor-El, el padre de El Hombre de Acero donde recibió la suma de cuatro millones de dólares en 1978.

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Pero esta no fue la única aparición en películas de éxito reconocidomundialmente. Apocalypse Now, Don Juan DeMarco o The Brave fueron films que contaron con la participación del norteamericano. Su última intervención en cine fue en 2001, bajo las órdenes de Frank Oz en The Score.

Como anécdota, en 2001, participó en el videoclip de Michael Jackson, You rock my world, volviéndose a poner las vestimentas de un mafioso al más estilo del protagonista de El Padrino y, poco antes de morir, durante los años 2003 y 2004, le puso la voz en off al videojuego inspirado en la película.

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Pero si su vida profesional fue una montaña rusa, la personal, como mito del cine, fue igual de movida. Dos matrimonios, innumerables amantes, once hijos reconocidos fue el legado sentimental de Marlon Brando pero, al igual que le dieron las mayores alegrías, también protagonizaron las mayores tragedias de su vida. En 1990 apareció muerto la pareja de su hija, siendo declarado culpable su hijo mayor Christian Brando y obligado a cumplir seis años de cárcel. Eso ocasionó el inicio de su declive familiar ya que, cinco años más tarde la muerte de su novio, Cheyenne Brando, se suicidó ahorcándose en la casa que el actor tenía en Tahití.

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Al final de su vida, Marlon Brando murió en 2004 de una fibrosis pulmonar, a los ochenta años, prácticamente viviendo en la indigencia. Tuvo que dejar su mansión e irse a vivir a un apartamento que es lo único que podía pagar con la pensión de actor.