Es capaz de expresar con extremo colorido y con un sutil sentido del humor la gran riqueza de formas, sabores y tonos que envuelven el mundo culinario. A modo de modernos bodegones, Stephanie Gonot juega artísticamente con la comida mientras invita a pensar en nuestros hábitos gastronómicos.
Sus fotografías, con un diseño plano cercano al arte gráfico, retratan no sólo una estética sino también una actitud. Dietas poco saludables, pasteles llenos de mensaje, fondos realizados con variados ingredientes… las obras de Gonot esconden multitud de matices.
Instalada en Los Angeles, esta artista que solía trabajar en un foodtruck de sándwich y helados, es toda una caja de sorpresas. Sus obras logran visualizar de forma rápida y efectiva algunos de nuestros hábitos alimenticios con su particular estilo fotográfico.
Una de sus series más relevantes, ‘Fad Diets’, plasma a modo de carteles explicativos cada uno de los elementos que se incorporan a esas dietas tan de moda en los últimos tiempos que ofrecen promesas de dudoso cumplimiento para perder peso de forma rápida y sin garantías nutricionales. Combinaciones de tabaco y refrescos, cítricos y alimentos disociados son las piezas que conforman las obras de esta serie.
Pero para esta artista, la idea de que la comida puede contener un relevante mensaje llega a su máxima expresión. La serie ‘Insult Cakes’, desarrollada en colaboración con el director de arte Max Siedentopf, ofrece un catálogo de platos dulces que incluyen curiosas notas caraceterizadas por improperios poco usuales en las tradicionales tartas de encargo. Quizá en breve su idea se convierta en una nueva forma de decir dulcemente lo que piensas a tus archienemigos…
Sin embargo, es su serie ‘Edibles‘ la que exalta con una sublime belleza y estética la faceta comestible de los alimentos. El uso del color alternado con un brusco monocromatismo, los duros contrastes de texturas y estructuras, la utilización de la luz y el brillo de las formas son las claves de una de sus series más originales.
Fotografía, espíritu lúdico, estética y mensaje se fusionan en sus obras. Sin duda, Stephanie Gonot juega con la comida con verdadero arte.
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