Berlín es todo un símbolo para los europeos y su historia más reciente. De hecho, ha sido protagonista y testigo de los acontecimientos más importantes del siglo XX. Hoy en día, se trata de una de las ciudades más cosmopolitas del mundo y el sitio perfecto para disfrutar de una escapada de fin de semana. Además, su amplia oferta de ocio y cultura, junto a su proximidad geográfica, la convierten en el destino ideal. Por eso, hoy te queremos contar por qué no puedes dejar de perderte entre las calles de la capital alemana.

¿Hace falta hablar alemán?
Si hablas inglés, no te va a costar mucho desenvolverte con los berlineses. Sin embargo, no está de más que conozcas algo de alemán, ya que nunca sabes si puede ayudarte en algún momento. En este sentido, plataformas como Babbel te serán de mucha ayuda para conocer los principales verbos en alemán, algunas palabras y frases hechas en ese idioma, lo que te servirá para sentirte más integrado e independiente.
¿Cuál es la mejor época para conocer Berlín?
El invierno en Berlín, por norma general, es muy frío. Así que, salvo que te interesen los mercadillos navideños, lo mejor es que esperes a la primavera o a los primeros meses del otoño para visitarla. El verano también es buena opción, pero hace bastante calor y hay mayor afluencia de turistas.

¿Cómo funciona el transporte público de Berlín?

En Berlín operan cuatro sistemas de transporte público. Pero sin duda, el metro es el transporte estrella para los berlineses que allí recibe la denominación de U-Bahn. Por su parte, el S-Bahn es el equivalente a los trenes de cercanías españoles. Sus trayectos se dividen en tres zonas (A, B y C), lo que marca el precio de los billetes. En la ciudad también encontrarás 22 líneas de tranvía y 150 de autobuses urbanos.
¿Qué ver en Berlín?
El Muro de Berlín
Sin duda, los restos del Muro de Berlín son una visita obligatoria. Hoy en día, se conserva como un recuerdo de la unificación de las ‘dos alemanias’, la RFA y la RDA, tras la Guerra Fría y como un símbolo de unión entre sus gentes.
La Puerta de Brandeburgo
Una antigua puerta de entrada a la ciudad que se ha convertido en uno de sus monumentos más interesantes. Se sitúa en la Plaza de París, es decir, en pleno centro de Berlín. Fue construida entre 1788 y 1791 replicando el modelo de la Acrópolis de Atenas.

Alexanderplatz
Probablemente, el principal centro neurálgico de Berlín. Aquí tienen cabida edificios tan emblemáticos como el Park Inn Hotel, que es la construcción más alta de la ciudad, y el Reloj Mundial. También hay multitud de restaurantes, pubs y tiendas.
El Monumento al Holocausto
A pesar de toda la modernidad que respira Berlín, aún sigue recordando cada día los hechos acontecidos durante la II Guerra Mundial. Sin duda, el impresionante Monumento al Holocausto es un claro ejemplo de ello, impidiendo olvidar a todo el que se acerca a visitarlo, el terrible genocidio llevado a cabo contra los judíos.

El Reichstag
Otro emblemático edificio de Berlín que, actualmente, es la sede de reunión del parlamento alemán. A pesar de que, antes, durante y después de la II Guerra Mundial sufrió graves daños, se encuentra totalmente restaurado y conserva su diseño original que data de 1894.
Calles de los grafitis de Berlín
El arte callejero es otra de las señas de identidad de Berlín. Sus máximos exponentes son los grafitis que inundan multitud de calles y edificios de la ciudad. Mención especial merece el Mural de Blu, el Cosmonauta y el Homo Homini Lupus, aunque hay muchos más.

En definitiva, Berlín no es una ciudad que deje indiferente a nadie. Por ello, si no sabes dónde ir durante tus próximas vacaciones, este destino es una apuesta totalmente segura.
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