No pienses que todo está inventado en el apasionante mundo del youtuber. No todos han hecho fortuna luciendo palmito en exclusivas fiestas o parajes recónditos de la geografía, ni ofreciendo sus trucos de belleza o de cocina. También los hay que simplemente se sientan frente a una cámara, sonríen durante cuatro horas y esperan a que la fama llame a su puerta. ¡Y lo consiguen!
Puede parecer sencillo, pero lo de Benjamin Bennet tiene mérito. Si echamos cálculos el tío le ha dedicado más tiempo que tú a los estudios en el instituto y puede que te doble si nos ponemos quisquillosos. Este videoblogger acaba de publicar su última acción frente a la cámara, pero si crees que lo has visto todo después de ver sus otros 221 trabajos, estás muy equivocado.
Este es su último trabajo:
Es cierto que el documento gráfico tiene el mismo contenido y la duración es siempre la misma, cuatro horas, pero saber que ha (malgastado) estado así ya durante 37 días seguidos si sumamos todos sus vídeos desde que colgó el primero el 28 de julio de 2014, es envidiable la dedicación y la motivación que le empuja a levantarse cada día a continuar con su trabajo.
Vale que el resumen es el mismo: pasa cuatro horas empanado con una sonrisa de oreja a oreja mirando fijamente el objetivo de su cámara y no se mueve ni un ápice. ¡Pero cambia su ropa! Es magnífico, lo sabemos, y por eso queremos que le conozcas y aprendas a amarle como hacemos desde MalaTinta.
- Benjamin Bennet
- Benjamin Bennet
- Benjamin Bennet
- Benjamin Bennet
- Benjamin Bennet
- Benjamin Bennet
- Benjamin Bennet
- Benjamin Bennet
- Benjamin Bennet
- Benjamin Bennet
Llegó a echarle morro y a pedir dinero a sus fans que financiaran su trabajo. Es decir, pagar por verle sentado cuatro horas sonriendo, pero inexplicablemente no tuvo mucho éxito su propuesta y decidió continuar con su tarea por amor al arte. Arte, por cierto, que el encuadra en el género de la ‘performance’ y se excusa diciendo que, como nadie lo hacía, alguien debía hacerlo. Una lógica aplastante porque razón no le falta: “Creo que mi sonrisa refleja de mejor manera cómo me quiero dirigir al mundo que si me sentara allí sin sonreír”. De nuevo, más sabiduría.
¡Ben, de mayor quiero ser como tú!
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