Si hace un par de semanas hablábamos de que la moda metrosexual había ‘muerto’, hoy os decimos que la ‘perfección’ es cosa del pasado. Y es que, si algo ha quedado a lo largo de este año es una cosa: la imperfección es bella y también es belleza. Por suerte, los cánones ‘establecidos’ han ido cambiado y lo que hace unos años era considerado como algo ‘antiestético’, ahora marca la tendencia, abriéndose así nuevos horizontes estéticos hacia lo desigual. Coco Chanel afirmó hace ya unos cuantos años que para ser irremplazable había que ser diferente. Y razón no le faltaba. Por eso, cada vez hay más mujeres y hombres que huyen de esa ‘estandarización’ que nos han impuesto, apostando por potenciar sus rasgos más imperfectos.
«Estás en Suecia y ves a una y a otra persona hermosa hasta que finalmente ni te giras porque sabes que la próxima será tan hermosa. En un lugar así puedes aburrirte tanto que cuando ves a una persona que no es hermosa, te parece muy hermosa porque rompe la hermosa monotonía», así definía la belleza Andy Warhol en su libro Mi filosofía de A a B y de B a A. Y es que, lo perfecto aburre y en la mayoría de las ocasiones los seres humanos nos sentimos atraídos simplemente por ese ‘algo’ que hace a otra persona única.
En el mundo de la moda, son muchos los diseñadores los que han apostado por modelos con atrayentes ‘desajustes’ en su apariencia física. Shaun Ross, Diandra Forrest o Thando Hopa son el ejemplo perfecto de cómo hacer de su estigma su bandera, sirviendo además de inspiración a otros jóvenes albinos que, especialmente en África, sufren la discriminación y el rechazo de sus propias familias. Los tres padecen una ausencia congénita de melanina en los ojos, en la piel y en el pelo, y todos sufrieron burlas a lo largo de su infancia, pero eso no ha impedido que a día de hoy desfilen para los mejores diseñadores del mundo. “Ahora mismo usar albinos en la pasarela está muy de moda, es verdad. Pero puede que el resultado de usar gente muy diferente sea, en el largo plazo, un cambio de mentalidad», afirmaba Diandra en una entrevista para la BBC.
La modelo canadiense Winnie Harlow, de 19 años, es otra de las modelos ‘diferentes’ más demandas de la actualidad. Ella padece vitíligo, una enfermedad degenerativa de la piel que provoca la muerte de los melanocitos –células que intervienen en la pigmentación cutánea– y, por consiguiente, cambia su color hacia tonos más blancos. En su caso, el problema es mayor, porque al ser de color negro, las manchas blancas resaltan aún más. Sin embargo, su característico ‘defecto’, le supuso la fama en el programa «American’s Next Top Model» y, más tarde, un contrato con la marca Desigual, entre otros muchos éxitos.

Winnie es un claro ejemplo que pone en evidencia el error de pensar que por el hecho de tener una enfermedad existen barreras para hacer ciertas cosas. No hay nada imposible, porque si se quiere se puede. “No me voy a sentar en una esquina y llorar toda la vida por algo que no puedo cambiar”, afirmaba Jillian Mercado, una joven de 26 años que padece de distrofia muscular. Para ella, su silla de ruedas no fue impedimento para ser elegida como parte de la campaña de la famosa marca de ropa Diesel a principios de 2014, así como una de las protagonistas del catálogo del mes de julio de la cadena de tiendas californiana Nordstrom.
Y muy lejos de los cánones de ‘perfección’ también se encuentra Moffy, la modelo bizca que saltó a la fama por ser portada de la revista The Pop, una de las publicaciones más influyentes de la moda. “Puede que sea bizca pero también tiene la palabra estrella escrita en todo su ser”, decían de ella en el magazine británico. Medio año después, esta joven estrábica firmaba contrato con Strom Model, la agencia que descubrió y encumbró a Kate Moss y su nombre aparecía por numerosos periódicos y revistas de todo el mundo.
Otra ‘singular’ figura de esta revolución de la belleza es Del, un tío muy feo y desdentado que ha protagonizado anuncios para Calvin Klein, Diesel y Levis. “Es innegable que hay una proliferación de modelos de estética poco convencional”, reconoce Marc French, dueño de la agencia Ugly Models, dedicada desde 1969 a la caza y captura de modelos feos, como su propio nombre indica. French reconoce que lo nuevo y diferente “vende”, especialmente cuando se trata de “marcar tendencia”.
“Toda mi vida he trabajado contra el cliché de la belleza, y la necesidad y obligación de ser sexy, de ser guapa. Y no tengo nada en contra de ser guapa y sexy, pero me gusta cuando es una opción”, comentaba Miuccia Prada en sus conversaciones imaginarias con Elsa Schiaparelli para su exposición en el Met. Cejas pobladas, diastemas, grandes orejas, ojos separados… tendencias que poco a poco van ganando fuerza y eliminando clichés de la moda con modelos que cada vez más se alejan del canón establecido. Algunos opinarán que es cuestión de llamar la atención para que se hable de ellos y vender más, otros, de romper barreras para crear un mundo más ‘real’. Sea como fuere, este 2014 se ha demostrado que la imperfección está de moda.
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