Si el famoso personaje de Disney que quiso convertirse en ser humano para dejar de ser sirena hubiera visto esta construcción, lo hubiera decido con mucha mayor rapidez de lo pensado. Y, por lo que se ve, no lo hubiese hecho precisamente por estar enamorada del príncipe azul. Al fin y al cabo, con el diseño que hoy nos ocupa, se iba a sentir como en su propia casa sin necesidad de dar como dación en pago su propia voz. En la Isla Mujeres, situada en el mismísimo escenario paradisiaco del Mar Caribe, se encuentra una construcción singular bautizada como la Casa Concha, o también llamada Casa Caracol.
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La historia de este edificio se remonta a los años noventa, cuando el arquitecto mexicano Eduardo Ocampo llega a la isla para instalarse en ella con su esposa. Pronto, el hermano Ocampo, Octavio, vino a frecuentar la casa con mucha asiduidaz. Eduardo decidió construir un edificio anexo para que pudiera instalarse allí y tener su propia casa al lado del mar. Pero ello no iba a resultarle tarea fácil, ya que Octavio es uno de los pintores más reconocidos en el país azteca y el proyecto debía ser y resultar original de principio a fin.
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Eduardo fue a pasear a la playa y se puso a jugar con un montón de conchas marinas. En el interior de una de ellas se encontraba un caracol reina que fue el elemento que le dio la idea sobre lo que iba a edificar. La casa para Octavio sería como el caparazón de esa concha que albergaba el molusco, con una forma irregular al exterior y redondeado al interior. Además, contaría con una escalera en forma de espiral, ventanas como si se trataran de un agujero sobre la superficie de una concha y una puerta de acceso justo donde se encuentra la apertura en la misma.
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El conjunto está formado por dos casas, una principal y otra de invitados. Ésta última consta de un solo dormitorio y un cuarto de baño con ducha en forma de concha. La casa principal alberga dos plantas: una baja con cocina, salón comedor y un pequeño cuarto de baño, y una alta con el dormitorio principal y un gran cuarto de baño con bañera.
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Todos los elementos de este complejo están realizados acorde con la temática marina. Muy curioso resultan los grifos de los baños y el surtidor de agua en forma de concha. La decoración interior y el uso del color blanco le dan un toque muy de vivienda playera. A ello se suma las obras de Octavio que decoran y se mimetizan con los objetos y la temática de su hogar.
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Una casa única y original, que está disponible y se puede alquilar casi todo el año, a excepción de las temporadas que disfrutan en ella la familia Ocampo, y que es digna de visitar, aunque sea, una vez en la vida.
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