No toda teta que salga en una fotografía implica necesariamente que lo que se esté retratando o el resultado tengan que ser sórdidos, aunque los señores de Instagram no estén de acuerdo. No todo lo erótico tiene que ser soez. Y desde luego, el sexo no es algo malo y sucio que se hace a escondidas en la alcoba, con el temor de que el niño Jesús se ponga a llorar allá donde esté. También puede ser bonito, sugerente, divertido o simplemente tierno.

Sorprende cómo hemos involucionado en lo que al desnudo y las relaciones sexuales se refiere. Toda la vida convirtiendo el cuerpo humano en arte y de unos cuantos siglos para acá se convierte en pecado (y nunca mejor dicho) enseñar un triste pezón. Ya en la prehistoria se tallaban falos y venus con enormes pechos. Los íberos modelaban estatuillas de hombres masturbándose. Y la manera en que Miguel Ángel se recreaba en esculpir pectorales apolíneos denotan una imaginación bastante calenturienta.

Entonces ¿qué nos pasó? ¿En qué momento decidimos convertir el sexo en algo escandaloso? ¿Es que acaso no existimos todos gracias a ese furor interior que nos excita y nos anima a aparearnos como perros? ¿Acaso reproducirse no es una función de los humanos como seres vivos? ¿Si de verdad fuera tan malo, no dolería en vez de empujarte al nirvana?

Creo sinceramente que el arte, como tantas otras cosas que componen la sociedad, es una proyección de lo que nos hace personas. Igual que hay mil cuadros de comida o paisajes porque son agradables a la vista, el hombre siempre ha plasmado el sexo y el erotismo porque disfruta mirando. Hay estudios sobre esto. Aún recuerdo un documental que vi en el instituto sobre la vida sexual de los chimpancés. Grabaron una «peli porno» de monos apareándose, y se la pusieron a otro chimpancé. El tierno monito intentó, literalmente, follarse la televisión. El erotismo, por tanto, es algo natural. Nos gusta mirar, está en nuestro ADN. Somos todos vouyeurs silenciosos, pajilleros avergonzados porque la sociedad castiga algo que a prácticamente todos, con pocas excepciones, nos encanta hacer. Si no, mira el exitazo de 50 sombras de Grey. Huele a contención desde lejos.

El porno mainstream no ayuda. Para mucha gente acostumbrada a consumir este tipo de contenidos, es normal ver polvos extremos, mamadas que atragantan y falsos bofetones. Pero para los que les atemoriza el porno porque se les ha dicho una y otra vez que es malo, que denigra a la mujer, que masturbarse es de enfermos, para esa gente, hacía falta un algo intermedio. Algo erótico, sexy, sensual, pero con gusto. Algo que lo mires y digas: «coño, que bonito».

Para toda esa gente nació el alt porn, indie porn o porno alternativo. ¿Qué es el porno alternativo? Básicamente aquel que rompe con los estereotipos del porno clásico. ¿Es mejor que el cine x típico? Ni mejor ni peor, va en gustos. Al final el porno es una fantasía llevada a la pantalla, y algunos tenemos fantasías mas hardcore y otros menos. Pero sí que es posible que si nunca has visto porno porque te incomodaba te vaya a gustar el rollo indie. Más que nada porque suele hacer más partícipe a la mujer.

La única web española que ofrece este tipo de contenidos, www.altporn4u.com, nos ha prestado las fotos que ilustran esta entrada. Producen tanto escenas como sesiones de fotos eróticas. Y como podéis ver a continuación, algunas son dignas de enmarcarlas y ponerlas encima de la chimenea, si no fuera porque tu suegra acabaría infartando cuando lo viera. O igual te apetece hacerlo sólo por ver si es verdad que infarta XD. Te invito a visitar la página. Piérdele el miedo al erotismo. Es puro arte.