Una de las necesidades básicas del individuo, y uno de los derechos fundamentales, es tener una vivienda para poder realizar su vida diaria. La crisis derivada del boom inmobiliario nos ha dejado lecciones muy valiosas, después de esos años de stocks a precios inverosímiles y nada realistas con los que unos pocos quisieron enriquecerse a costa del sueldo y las ilusiones de los demás. Encontrar el sitio ideal para comenzar una vida y tener el dinero suficiente para poder pagar una casa decente está al alcance de unos pocos. Sin embargo, desde la ciudad de Oporto parece ser que es posible tener una vivienda nueva y digna con sólo 100.000€ de presupuesto.
El milagro de esta aventura la ha hecho posible el arquitecto José Carlos Nunes de Oliveira. En principio, el presupuesto inicial con el que contaba era de 80.000€, pero para no ir tan justos con los posibles gastos se pudo aumentar la partida en 20.000€ más. El lugar escogido ha sido la zona de Matosinhos, una zona costera situada a las afueras de Oporto y donde se encuentra uno de los puertos más importantes del país, el de Leixões.
La parcela donde se sitúa esta práctica casa tiene forma de partición de pizza. En este curioso espacio, el arquitecto portugués ha sido capaz de levantar una estructura en forma de cubo de unos 160 metros cuadrados en dos plantas. El material principal es el hormigón junto con la madera, la cual le otorga ese componente más cálido y menos frío y austero. El componente más moderado se encuentra en el plano de la decoración, al interesarse más por dotar el interior de mejores comodidades a nivel energético y dejando en segundo plano lo meramente ornamental. Por ello, el edificio consta de todo lo necesario para aclimatarse a las condiciones meteorológicas en cada estación pero otorgándole menos grandiosidad a lo que resultaría superfluo.
Las amplias cristaleras que posee le dejan en contacto casi directo con el exterior ajardinado y le confieren un aspecto menos “barato” de lo que en sí ha sido la inversión para su construcción. Al exterior, el conjunto resulta sólido tanto por su forma como por el material empleado pero dentro de un entorno suavizado por los elementos complementarios. El resultado es una casa para vivir sin grandes aspavientos pero con todo lo necesario y perfectamente acondicionada para poder residir en ella.
Deja una respuesta