‘Arquetipos’. Mucho Munch en Madrid treinta años después

Por primera vez desde 1984, llega a Madrid la obra del pintor noruego Edvard Munch, uno de los precursores del Expresionismo, ya que se cuenta que las actitudes y rostros de sus obras desprendían una gran expresividad. Él mismo consideraba que diseccionaba las almas al igual que otros sabios diseccionaban el cuerpo, sentía una fuerte inclinación e interés por reflejar sentimientos, emociones y dolores del alma que trataba de plasmar en obras tales como ‘Melancolía’ –soledad-, ‘El Grito’ –angustia-, ‘La  Muerte de un Bohemio’ –muerte-, ‘Amantes’ –erotismo-, todos ellos tragedias humanas que se recogen de forma intensa en cada una de sus pinceladas, desde los diferentes estadios del amor, hasta la propia ansiedad melancólica de la pérdida.

Podemos disfrutar hasta el 17 de enero de 2016 de una selección de ochenta obras que el Museo Thyssen-Bornemisza ha traído y en la que trata de sintetizar las obsesiones del hombre contemporáneo recogiendo obras temáticamente para darle un mayor significado –si cabe- a la obra de este genio de la pintura.

Cartel

El perturbador y envolvente arte de Munch no gozaba de tan buena fama, de hecho más de una y dos exposiciones fueron clausuradas por el escándalo que causaron, sin ir más lejos, los nazis llegaron a prohibir sus obras por considerarlas un arte demente, se recomendaba incluso no ir a ver sus cuadros especialmente en el caso de estar embarazada.

La pintura del artista nace de una sensibilidad especial que sólo podía provenir de él mismo, el propio Munch decía “la enfermedad, la locura y la muerte fueron los ángeles que rodearon mi cuna y me siguieron durante toda mi vida”. Sus obras trataban de plasmar todo ese dolor que siempre le había rodeado y que no podría explicar de otra forma con tanta contundencia; un padre extremadamente duro, presenciar la muerte de su madre y su hermana, una infancia enfermiza llevaron al artista a cruzar el límite de la cordura, llevándole a padecer un trastorno bipolar.

Muchas de sus obras nacen precisamente de la angustia que experimentaba en esos momentos en los que la propia incoherencia de su realidad dominaba su presente, lo que daba a sus obras una fuerza poco convencional. Incansable en la búsqueda por reflejar en cada una de sus obras la primera impresión del sentimiento de ese preciso instante, era capaz de elaborar varias veces la misma pieza con el fin de reflejar la imagen mental de aquel momento que se apoderaba de él,  “yo no pinto lo que veo, sino lo que ví”, solía decir. Sus sensaciones presentes eran viejas conocidas del pasado y su mayor acto de expresión se basaba en la reactivación del recuerdo, de la emoción original.

No dejéis que pasen otros treinta años hasta dejaros llevar por el impacto munchiniano que suspira la exposición.

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3 Comentarios

  1. JN26031960

    Que buena sintesis!!!!! Bravo

  2. JN26031960

    Que buena sintesis!!!!
    Enhorabuena

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