Durante el Romanticismo, el paisaje se convirtió en uno de los grandes géneros pictóricos por excelencia. La espectacularidad de las grandes cadenas montañosas, los paisajes boscosos, los icebergs de las zonas bálticas, los acantilados, los paisajes nevados… cualquier elemento de la naturaleza considerado sublime era digno de ser retratado. El contacto del ser humano y la naturaleza se convertía en un acto de necesidad, donde el hombre recapacitaba sobre su lugar en el mundo. En el siglo XIX, la grandiosidad del paisaje natural infunde respeto. Pero el hombre actual del siglo XXI siente una necesidad indómita de someterla. Y algo parecido es lo que ocurre en el artículo de hoy.

Un proyecto arquitectónico innovador ha arrasado las redes durante estos días. ¿Y si fuese posible construir un hotel enclavado en la mismísima ladera de alguna de las majestuosas montañas que forman la cordillera de los Alpes? Pues una idea parecida es la que el arquitecto Armin Senoner ha diseñado y proyectado con el fin de que se haga realidad.

Este inmenso complejo, de un aspecto más que futurista, pretende construirse a una altura de 2000 metros en un valle contenido por montañas rocosas. Tres son los sectores en los que se puede observar dividido el edificio, donde las zonas superiores se destinan a albergar a clientes más selectos, con suites de lujo, grandes equipamientos y mejores vistas, y, a medida que se desciende, los pisos más bajos acogerían a huéspedes menos ostentosos o con una economía menos pudiente, con una oferta mucho más modesta en alojamiento.

Con el título de Semiotic Alpine Escape, este diseñador vienés ha ideado un edificio donde las vistas y paisajes de montaña resultan el elemento clave para su construcción. El elemento más novedoso es la instalación de un teleférico que será el transporte principal por el que los huéspedes tendrán acceso a este innovador hotel. Además, el recinto albergará otro tipo de servicios como teatros, salas de concierto, gimnasios, cines e incluso centros comerciales.

El conjunto resulta así todo un desafío tanto a nivel constructivo, superando las duras imposiciones de las condiciones climáticas invernales y la ubicación del lugar, como funcional, por la escasa comunicación a nivel de transportes. Eso sí, el proyecto resultante permitirá vivir a sus huéspedes una experiencia nueva e inolvidable.