Pechos caídos. Arrugas. Celulitis. Piel flácida. Un pecho extirpado. Estrías de la maternidad. Canas. Cuerpos im-perfectos. Cuerpos de verdad, de los que te encuentras por la calle al caminar.

Cuadros realistas y tan auténticos que parecen fotografiar lo que ya nadie quiere ver: una belleza real y sin tapujos, sin Photoshop pero sobre todo, la belleza de la mujer madura que no es políticamente correcto retratar. El cuerpo de tu madre, de tu abuela, o el tuyo dentro de unos cuantos años.

«La belleza eterna, hecha arte», así reza su eslogan.

Ellas son las modelos preferidas de la americana Eleah Chapin, una joven de 28 años cuya obra posee tantos admiradores como críticos, ya que muchos consideran su arte desagradable. Empezó retratando los cuerpos desnudos de las amigas de su madre y no se dejó amedrentar por los ojos que no querían mirar, y siguió así ampliando su colección que ya se ha expuesto en varios lugares de Europa.

¿Te resulta difícil mantener la mirada en algunos de sus cuadros? No debería ser así. No tendría por qué ser así. No deberíamos tener que avergonzarnos de nuestro cuerpo, sea cual sea, tenga la edad que tenga.