El estilo inglés más conocido en el mundo es el denominado gótico. En todas sus acepciones, desarrollado por activa y por pasiva, el gótico inglés se convirtió en seña de referencia de las tierras de Albión. Solo hay dos estilos posteriores que pueden rivalizar, de alguna manera, con él. Uno es el estilo georgiano. El otro el victoriano. Pero solo uno tuvo una nueva reinterpretación a principios de siglo XX. El estilo neogeorgiano volvió a recuperar los principios renacentistas palladianos pero los reinventó con el uso del ladrillo, entre otros. La simetría, la proporción constructiva y la belleza volvieron para mezclarse con materiales más sencillos y ponerlos al servicio de otras clases sociales, que no fueran ni altas ni adineradas.

Y una de esas casas de estilo neogeorgiano es la que Turner Architects ha bautizado como A Cloistered House. En el barrio londinense de Clapham, encontramos una vivienda que, a simple vista, no llama la atención desde el exterior. Solo por el color amarillo de su puerta de entrada. La proporción está presente en su fachada de tres calles, aunque solo dos de ellas estén abiertas con ventanas. La disposición de las mismas guarda un patrón simétrico de distribución, con lo cual resulta equilibrado y agradable a la vista.

Sin embargo, no es la fachada lo más llamativo de esta construcción. Aunque sea de estilo neogeorgiano. Lo más llamativo se encuentra en la remodelación interior pero, sobre todo, en su ampliación. La parte posterior de este edificio está abierto a un largo patio. Es en este lugar donde se ha tomado terreno para ampliar la planta baja y añadir zonas comunes y de servicio.
La planta de acceso de A Cloistered House desemboca en una pequeña escalera que dirige los pasos de sus inquilinos hacia dos direcciones. La de arriba conduce a los dormitorios y baños. La de abajo a la cocina, sala de estar, sala de lectura y comedor. Turner Architects ha optado por una construcción de ampliación donde la madera y el color blanco son los protagonistas de esta zona inferior. Un tejado de tierra y césped da un toque de continuidad a la idea de jardín que anteriormente tenía como función este espacio. Y con ello el equilibro entre el ladrillo de la fachada principal y el jardín-tejado no queda roto.

El estilo interior, mucho más moderno y actual, unifica ambas construcciones. La sala de lectura, situada en la zona antigua, resulta mucho más refrescante con el mobiliario en tonos verdes y una alfombra de pelo sobre el suelo de tarima. La zona más actual tiene un suelo de gres porcelánico que marca el tránsito entre los dos espacios. La madera en muebles y ventanas empieza a ser el protagonista. Turner Architects ha dotado a esta zona de amplias cristaleras que dan al jardín y permiten mayor luminosidad al interior.

A Cloistered House se define así como un espacio conventual, alejado del mundanal ruido exterior, creado exclusivamente para el disfrute de sus habitantes. La búsqueda de tranquilidad, intimidad e interioridad es posible en este espacio que cuenta con todo lo necesario dotado por Turner Architects. El espacio se amplía para ganar metros al hogar además de servir de retiro diario frente al barullo diario de las calles de Londres.
Fotografía de Adam Scott.
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