Aunque Eurovisión haya supuesto el final de la cerrara para muchos artistas españoles, en el caso de la austriaca Conchita Wurst, ganadora del festival del pasado 2014, tan solo ha marcado el pistoletazo de salida hacia un estrellato asegurado. Su barba es casi más popular que ella, lo que ha hecho que la cantante se haya convertido en el reclamo publicitario perfecto para muchas marcas y un personaje con el que codearse en las alfombras rojas más exclusivas del star system internacional. Con este incipiente currículo, no es de extrañar que también quieran contar con su imagen para concienciar al mundo acerca de temas más serios.
Al menos así ha sido recientemente. Conchita Wurst se ha prestado para posar de esta guisa para los carteles creados para el Life Ball 2015, una gala benéfica organizada por diversas asociaciones que luchan día a día por erradicar el SIDA de nuestras vidas. El cartel servirá como adelanto a una gala que tendrá lugar el próximo mes de mayo en Viena, donde la cantante se ha convertido en un auténtico icono de superación para el colectivo LGTB.
El proyecto fotográfico ha caído en manos del cámara especializado en sesiones de moda Von Unwerth Eleen, quien se ha inspirado en el artista Gustav Klimt y en una de las míticas obras del maestro austriaco, El retrato de Adele Bloch-Bauer. “Es una obra tan increíble e inspiradora para mí que tenía que hacerle un homenaje a Klimt”, confesaba el fotógrafo durante la sesión.
Para ello, las costureras de la producción tuvieron que ponerse manos a la obra para confeccionar un vestido bordado con más de 12.000 cristales de Swarovski que hacen que la musa de Jean-Paul Gautier brille como una diosa bañada en oro. El resultado no podría ser más espectacular. Les dejamos con un vídeo que muestra cómo se llevó a cabo la sesión fotográfica más carismática de la cantante austriaca.