Celebramos Día Internacional del orgullo LGTBIQ+ y el cine, reflejo de la huella cultural, experiencia vital del ser humano y de la mentalidad de los creadores del momento, es prueba palpable del lento proceso de reconocimiento de derechos que sufre una sociedad, lamentablemente, demasiado tendente al ‘status quo’ en materia de avance social.
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Marcó una época y también la trayectoria de sus protagonistas. ‘Dawson crece’ se convirtió en los años noventa en un fenómeno seriéfilo que enganchó a generaciones de distintas edades. Veinte años después y como tan sólo como recuerdo y no como anuncio -dada la última tendencia a realizar ‘reboots’ de la época- de una vuelta a la televisión, los actores han protagonizado un reencuentro para la revista Entertaiment Weekly.

Jake Gyllenhaal ha doblado la musculatura de su cuerpo por exigencias del guion. El actor que dio vida al vaquero Jack Twist en ‘Brokeback Mountain‘ ha dejado de ser un hombre delgado, porque después de una dura tabla de ejercicios y una estricta dieta ha conseguido que su cuerpo duplique su volumen. Lo ha hecho para meterse en la piel de su nuevo personaje en ‘Southpaw’, cinta que en España conocemos como ‘Redención’, en la que interpreta a un boxeador.

Hace ya nueve años su muerte sobrecogía al mundo cinematográfico no sólo por su temprano fallecimiento con tan sólo 28 años sino por el hecho de también una prometedora carrera se veía truncada y sobre todo poco antes de cosechar el reconocimiento por su papel de Joker en ‘El Caballero Oscuro’ de Christopher Nolan y que le otorgó un Oscar póstumo como Mejor Actor de Reparto.

Hoy no es tu día. Los corazoncitos y los mensajes de amor te brotan a borbotones por las orejas. ¿El reciente desamor, la insufrible soledad o la simple intolerancia a las dosis de amor empalagoso hacen que Cupido y San Valentín se convierta para ti en una tortura insoportable? Pues Malatinta, volcada en su función social, te ayudará este Día de los Enamorados incitándote al siempre gratificante vicio de la cinefilia: hoy te proponemos quince películas que distan mucho de las comedias románticas de finales felices que hoy saturan la parrilla catódica: amor, sexo y relaciones intensas desde un punto de vista muy distinto al que prodiga el angelito de las flechitas que apunta y dispara sin preguntar primero.
‘Se nos rompió el amor’ o por qué no deberías casarte
Tres ejemplos te convencerán de que si no has cumplido el deseo de tu progenitora de subir al altar, no te pierdes nada.
- La Guerra de los Rose (Danny DeVito, 1989). Si alguien hubiera avisado a Michael Douglas y Kathleen Turner de los peligros de rendirse al flechazo sin pensarlo dos veces y los crueles desenlaces de una pésima vida marital… ¿El culpable? Un DeVito que decidió llevar a la exageración la obsesión por vencer al rival, antaño compañero/a de cama.
- Revolutionary Road (Sam Mendes, 2008) La maestría de este director para narrar con sutileza las ausencias y el hastío de una crisis matrimonial, la rutina de la vida cotidiana y la renuncia a los sueños propios – algo que ya mostró con gran destreza en American Beauty (1999)- se ofrece en esta cinta bajo el dilema de elegir entre los ideales perseguidos o conformarse con una anodina y monótona vida vacía de emociones.
- Blue Valentine (Derek Cianfrance, 2010) Esta historia sobre la descomposición de un matrimonio, narrada sin artificios y con dureza, contó con interesantes críticas en su paso por distintos festivales como Cannes o Sundance. Ryan Gosling y Michelle Williams protagonizan este título lleno de desesperanza.
Inconsolables, insaciables e insatisfechos
Consólate, a veces es mejor estar solo/a que mal acompañado/a. Hay quienes, a pesar de tener pareja y/o contar con una intensa vida sexual, tienen sustanciales dificultades para ser felices.
- Shame (Steve McQueen, 2011) No habla de amor, sino de la culpa, la vergüenza y la insatisfacción bajo el prisma de la adicción al sexo del personaje de Michael Fassender, que logra con extraordinaria calidad interpretativa e intensidad dramática rellenar huecos de una historia carente de detalles explícitos en su narración. Deberías verla tan sólo porque se trata de una obra imprescindible.
- Closer (Mike Nichols, 2004) Sexo, amor, infidelidad, pasión, abandono… la complejidad de las relaciones se narran con suma lucidez desde las sugerentes líneas de un insuperable guion y la soberbia dirección de cuatro sólidos actores: Clive Owen, Natalie Portman, Jude Law y Julia Roberts.
- Match Point (Woody Allen, ) El realizador neoyorkinose alejó de los arquetipos narrativos a los que nos tenía acostumbrados para hablar de la ambición, la pasión obsesiva y la frustración en otro de los títulos relevantes de su inmejorable filmografía.
Amor perturbado o ‘¿cómo me he metido en este lío?’
La incapacidad del ser humano con conformarse con lo que tiene no siempre logra el efecto deseado. Algunos cometen errores imperdonables; otros simplemente han tenido mala suerte…
- Atracción fatal (Adrian Lyne, 1987) Moraleja con moralina incorporada: ‘piénsalo antes de ser infiel’. Esta película del británico director de cine hizo que en los años ochenta muchos de aquellos que se sintieron tentados a quebrantar el santo sacramento del matrimonio se lo pensaran dos veces.
- La piel que habito (Pedro Almodóvar, 2011) Narrada con la sutil naturalidad ante situaciones grotescas que sólo el director manchego es capaz de plasmar en el celuloide, esta cinta habla de la obsesión y la venganza en un transformación sin retorno e irreversible.
- La novia cadáver (Tim Burton, 2005): No se debe jugar con los anillos de compromiso de otras personas, sobre todo si están muertas. La intensidad del ambiente gótico y oscuro del director sirve a la perfección a esta historia sobre personaje atrapado entre dos mundos de luces y tinieblas.
Cuando se acabaron las perdices…
¿Para qué meterse en líos amorosos? Amor no correspondido, amor imposible, amor inolvidable… No siempre los finales cuentan con perdices de postre.
- Olvídate de mí (Michel Gondry, 2004) Este título – cuya traducción al español resulta tan incomprensible como dolorosa: ‘Eternal Sunshine of the Spotless Mind’- trata sobre la liberación ante el olvido, el perdón y la incapacidad para superar una ruptura.
- Mi mundo privado (1991, Gus Van Sant) El desaparecido River Phoenix y Keanu Reeves protagonizaban esta cinta sobre el desarraigo y la búsqueda de la identidad cuando se entremezclan en la vida con el amor no correspondido.
- Brokeback Mountain (Ang Lee, 2005) Las barreras y los tabúes, tanto los propios como los ajenos, marcan esta historia de amor imposible a lo largo de 20 años basada en el relato de Annie Proulx, que incluso se ha adaptado a la ópera.
- Amistades Peligrosas (Stephen Frears, 1988) Cualquier excusa es buena para introducir esta obra maestra en un ranking cinematográfico. Hagamos una reverencia a Glenn Close – bien acompañada por Malkovich y Pfeiffer- como digna maestra de la interpretación en esta cinta sobre cómo los celos, la ambición y la pesada losa de la reputación social se imponen frente al amor. Indispensable.
Te hemos dejado tarea para pasar este día, pero tampoco desesperes, no tratamos de que renuncies a ‘the sweetest thing’. Si sufres desamor, ya es hora de cerrar esa puerta; si estás harto/a de buscar pareja, no te aflijas, todo llega; si estas instalado/a en la rutina, cambia lo que no funciona; si estás enamorado pero simplemente sufres alergia a los corazoncitos, mañana será otro día… Nada es tan grave como parece, así que relájate y disfruta con alguna de estas películas. Quizá el año que viene no necesites un ranking de este tipo porque habrás sucumbido a la adicción del amor mas pegajoso y te descubrirás a ti mismo/a disfrazado/a de Cupido para sorprender a tu pareja por San Valentín.

San Valentín. El día de los enamorados por antonomasia. La jornada en la que los bombones, las flores y los regalos varios señalan un día en el calendario en el que las románticas víctimas de las flechas del amor de Cupido dan rienda suelta a su imaginación. Una labor, en la que también ha tenido mucho que ver el cine, la literatura y el arte en general.
Aunque, popularmente se conoce como una festividad con fines comerciales -hay quien señala directamente a El Corte Inglés como principal ‘fundador’-, hay que decir que proviene del siglo III cuando, después de la prohibición del emperador Claudio II de que se celebraran bodas entre jóvenes romanos, un sacerdote denominado Valentín, se atrevió a organizar enlaces de forma clandestina. Al enterarse el emperador, Valentín fue encarcelado, torturado y ejecutado el 14 de febrero de 270. Un día para recordar desde entonces por todos aquellos que, por amor, son capaces de sacrificar la vida misma.
De sobra es conocido que el amor es un sentimiento universal que se ha plasmado en infinidad de obras pictóricas, esculturas, libros y otras vías de expresión artística. Una realidad que ha servido para la creación de grandes piezas musicales, al igual que también son el leitmotiv de grandes cintas cinematográficas que pasarán a la historia y que han quedado irremediablemente grabadas en nuestra retina.
Si nos acercamos al mundo de la pintura y la relacionamos con la palabra amor, a todos se nos viene a la cabeza un lienzo u otro. No obstante, la obra por excelencia de la representación de este sentimiento es la de su propio alumbramiento, El nacimiento de Venus de Botticelli, donde se representa su aparición en el estado más puro para hacerlo llegar al mundo terrenal.
Otra de las obras más representada, tanto en pintura como escultura, es la denominada como El primer beso. Aunque de nombre original Cupido y Psique, cada autor toma su propio concepto a la hora de plasmarla como mejor ha sabido. Podemos encontrar la pintura de William-Adolphe Bouguereau, donde dos niños se besan de forma tierna, proyectando el amor más inocente y puro, o la escultura de Antonio Canova donde el amor es más adulto y tiene su ligero toque sexual.
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Pero si de amor va la cosa, la literatura ha tratado el tema como en ninguna otra rama de la expresión artística. Obras conocidas y reconocidas que se han extrapolado al teatro, al cine y que han sido la base para la creaciones de piezas musicales, por centrar el objetivo más allá de las artes plásticas.
Las obras literarias como Tristán e Isolda, basada, en una leyenda celta que Wagner tomó como inspiración para componer su gran ópera y llevada al cine en 2006 por Kevin Reynolds, pasando por Anna Karenina, al vampiro más temido de la historia, Drácula, llegando a piezas más recientes como No digas que fue un sueño de Terenci Moix.
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Pero cabe destacar que, si hablamos del tema, el amor que más duele, un amor desgarrador y pasional, este es sin lugar a dudas el representado por Romeo y Julieta de William Shakespeare. Se trata de la obra más reconocida, no sólo del autor inglés, si no de todos los tiempos. Una obra que ha traspasado las fronteras, tanto físicas como temporales, y que a día de hoy sigue siendo un referente universal cuando nos referimos a este sentimiento que mueve el mundo. Llevada infinidad de veces al teatro y adaptada al cine por George Cukor en 1936, Franco Zeffirelli en 1968 o la más ‘actual’ Romeo + Julieta de Baz Luzhrmann en 1996.
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Y si hablamos de cine, el amor es uno de los recursos más utilizados en el mundo del celuloide. La gran mayoría de las películas, ya sean más comerciales o más indies, contienen en su trama principal o en sus sub-tramas el amor como base. Películas como Lo que el viento se llevó, Casablanca clásicos que tienen como base una historia de amor o películas más actuales como Titanic, Brokeback Mountain donde el amor juega el papel principal de la película.
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El amor ha servido y sirve como forma de inspiración para el mundo del arte desde tiempos memorables. La pintura, la escultura, el cine, la música, beben de su fuente de inspiración
Así, si eres una de las personas que disfrutan de San Valentín, como si lo repudias, puedes aprovechar para disfrutar de las grandes obras que ha dado el arte gracias al amor tanto sólo, como acompañado de quien más te apetezca.

Siempre es triste perder a alguien. Mucho más cuando muere a la corta edad de 28 años. Ayer se cumplieron seis años desde que la vida del actor Heath Ledger llegara a su fin por una sobredosis accidental de medicamentos. Aún sin llegar a cumplir los 30 años el actor ya tenía a sus espaldas una carrera totalmente prometedora.
Como no tantos otros compañeros de su generación, Heath Ledger fue un actor que supo encauzar muy bien su carrera profesional; se convirtió en un actor difícil de encasillar, eligiendo siempre papeles de lo más versátiles. Protagonizar cintas El patriota junto a Mel Gibson, Destino de caballero o Ned Kelly, le hicieron destacar y distanciarse de lo que podría esperarse de un joven actor de su edad, porque, ¿para qué negarlo? lo cierto es que muchos se pierden en papeles sin demasiado fundamento, cegados en la búsqueda de la tan ansiada fama.
Capaz de interpretar papeles tan dispares como los que hizo en Brokeback Mountain o el segundo Batman de Nolan El Caballero Oscuro, Heath Ledger apuntaba maneras para convertirse en uno de los grandes. Y de una manera u otra, lo acabó siendo. Su interpretación del Joker incluso le valió un Oscar (aunque póstumo). Desgraciadamente nunca sabremos si este Oscar fue una manera de “compensar su pérdida”, o si por el contrario lo hubiera recibido de igual manera de haber estado él presente en el Kodak Theatre la noche de la entrega de premios. Con Oscar o sin él, lo cierto es que Ledger convirtió al ya icónico Joker en una figura todavía más excéntrica y desequilibrada de lo que ya conocíamos, y esto no pasó desapercibido para las hordas de fans de Batman que tras el estreno de la película (y más tras la muerte de Ledger) inundaron las calles con pintadas y graffitis del Joker.
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Pero Heath también ha sido retratado fuera de las calles. Vincent Fantauzzo, amigo del actor, llevaba años queriendo retratarle sin éxito. Hasta que pocos meses antes de la muerte de Heath, el propio actor le llamó porque se sentía preparado para el retrato. Tras algunas sesiones iniciales, Ledger tuvo que retomar su trabajo y Fantauzzo continuó pintando (sin modelo) hasta que se enteró de la muerte del actor. Meses después terminaba la pintura, sin posibilidad de enseñársela al que en ella fue retratado.
Con el nombre simple de Heath nació esta obra que ilustra al actor en tres versiones, una de ellas situada en el centro, mira inquisitivamente al espectador, las otras dos, situadas a ambos lados, actúan como una especie de ángel y diablo, susurrando a Ledger. Según Fantauzzo las figuras de los lados representan las diferentes maneras en que actúa nuestra mente, siendo la figura central la propia persona. El cuadro podría ser interpretado como una forma de ilustrar esas vocecitas interiores que todos tenemos y que a veces pueden llegar a volvernos locos, por dispares.
El cuadro fue presentado a concurso para el Archibald Price, uno de los premios de arte más prestigiosos de Australia, junto a otros 249 retratos de diferentes autores. Ganó el premio del público otorgado en el concurso de ese mismo año, 2008.
Heath Ledger nos abandonó en un momento cumbre en su carrera, que, nos guste o no, no han hecho más que mitificarlo y adjudicarle el título de “aquel gran actor cuya vida se vio truncada”. Si Heath hubiera continuado eligiendo esos maravilloso papeles, si hubiera seguido siquiera en el mundo de la interpretación o si lo hubiera acabado abandonando minado por la presión de los medios, nunca lo sabremos. De cualquier manera, lo que nos ha quedado de él es grande y así será como le recordaremos.