Si tienes pensado viajar a Europa en las próximas semanas y aún no te has hecho un plan de viaje ideal, quizá te ayude alguna de las siguientes propuestas. Le ofrecemos la posibilidad de aunar cultura y gastronomía para tener la mejor de las experiencias. Y es que el viejo continente se ha convertido en un lugar perfecto donde poder visitar museos de calidad y, tras un interesante paseo por la historia de nuestras culturas, finalizar con una exquisita degustación dentro de las propias instalaciones.

Empezando por Viena y su Kunsthistorisches Museum (Museo de Historia del Arte), donde se organizan todos los jueves la Gourmetabend y un brunch a final de semana, en el que se incluye la visita a sus instalaciones.

Kunsthistorisches Museum

Kunsthistorisches Museum

O si estás en Roma y has terminado de visitar en la Plaza del Pueblo, cerca de la Vía del Babuino, otro de los museos con sabor es un antiguo taller de cerámica que perteneció al escultor neoclásico Antonio Cánova y su discípulo Adamo Tadolini. Ahora es un excelente restaurante café, donde podrás degustar los mejores espaguettis alla matriciana de la ciudad, mientras admiras los restos de sus últimos trabajos, que aún se conservan en su casa reconvertirá en el Museo Atelier Canova Tadolini Restaurante.

Museo Atelier Canova Tadolini

Museo Atelier Canova Tadolini

Guggenheim de Bilbao

Guggenheim de Bilbao

Entre los mejores museos españoles que degustar, por supuesto se encuentra el Guggenheim de Bilbao con dos restaurantes en su interior. Por un lado el Nerúa, una apuesta innovadora diseñada bajo la perspectiva culinaria de su chef Josean Martínez, donde destacan sus cortezas de bacalao con pimentón de la Vera, el lomo de atún con caldo de ajos silvestres y alcaparras o un delicioso foie asado en parrilla, zanahorias y makil-goxo. En Nerúa puedes comer a la carta o probar su menú degustación por tan sólo 70 euros. Si deseas una propuesta más informal también puedes visitar su Bistró y terminar la noche tomando una copa contemplando como duerme la ciudad. Aunque hablando de vistas, si el paisaje y el paladar se mezclan en la ciudad del amor, la combinación es perfecta.

Así, en París, en lo más alto de su museo Pompidou, podrás saborear cualquiera de los platos del Georges, como su Mandarina Duck el popular Le Tigre qui Pleure (el tigre que llora), y admirar las vistas parisinas. No te olvides de reservar una mesa porque siempre se llena. Y cuando lo hagas recuerda las palabras mágicas: «cerca de las ventanas, por favor».

Museo Pompidou de París

Museo Pompidou de París