La performance es esa acción artística que consigue remover las emociones de los espectadores en el momento en el que tiene lugar. Ninguna performance es igual y de ahí la importancia del instante y su fugacidad. Si la performance va acompañada de danza y de música, se puede decir que entonces toma un significado mucho más completo, profundo y creativo.

Por ello, el famoso director de cine chino Zhang Yimou ha querido investigar un campo desconocido dentro de su propia faceta con el fin de indagar y ampliar su conocimiento sobre el individuo. La performance le permite así combinar las más tradicionales artes chinas con la música, la danza y la tecnología moderna, incluyendo drones, láser e incluso robots.  Su propósito es mostrar la importancia del ser humano en el avance de la vida, a través de sus descubrimientos, y cómo  la integración entre pasado y presente permiten que el individuo evolucione, pero sin que tradición termine desapareciendo por la tecnología.

El extracto que se muestra pertenece a la última parte de la actuación cuyo título, Weaving Machine, hace referencia a los telares chinos de los que, en su juventud, aprendió y trabajó Yimou. El empleo de 640 luces de LED, cambiando de color de forma constante al ritmo de la música, permite expresar a través de la danza ese concepto de trabajo manual, que necesita de energía y movimiento para ser llevado a cabo.

Durante todo el 2018, Yimou estará sumergido en la gira de esta representación que tiene el éxito asegurado. Sólo hay que recordar que el director chino fue el artífice de las ceremonias de apertura y clausura de los Juegos Olímpicos celebrados en Pekín durante el 2008, donde ya la mezcla entre la tradición y la modernidad, entre pasado y presente estuvo presente y marcó el sello personal de Yimou.