San Valentín. El día de los enamorados por antonomasia. La jornada en la que los bombones, las flores y los regalos varios señalan un día en el calendario en el que las románticas víctimas de las flechas del amor de Cupido dan rienda suelta a su imaginación. Una labor, en la que también ha tenido mucho que ver el cine, la literatura y el arte en general.
Aunque, popularmente se conoce como una festividad con fines comerciales -hay quien señala directamente a El Corte Inglés como principal ‘fundador’-, hay que decir que proviene del siglo III cuando, después de la prohibición del emperador Claudio II de que se celebraran bodas entre jóvenes romanos, un sacerdote denominado Valentín, se atrevió a organizar enlaces de forma clandestina. Al enterarse el emperador, Valentín fue encarcelado, torturado y ejecutado el 14 de febrero de 270. Un día para recordar desde entonces por todos aquellos que, por amor, son capaces de sacrificar la vida misma.
De sobra es conocido que el amor es un sentimiento universal que se ha plasmado en infinidad de obras pictóricas, esculturas, libros y otras vías de expresión artística. Una realidad que ha servido para la creación de grandes piezas musicales, al igual que también son el leitmotiv de grandes cintas cinematográficas que pasarán a la historia y que han quedado irremediablemente grabadas en nuestra retina.
Si nos acercamos al mundo de la pintura y la relacionamos con la palabra amor, a todos se nos viene a la cabeza un lienzo u otro. No obstante, la obra por excelencia de la representación de este sentimiento es la de su propio alumbramiento, El nacimiento de Venus de Botticelli, donde se representa su aparición en el estado más puro para hacerlo llegar al mundo terrenal.
Otra de las obras más representada, tanto en pintura como escultura, es la denominada como El primer beso. Aunque de nombre original Cupido y Psique, cada autor toma su propio concepto a la hora de plasmarla como mejor ha sabido. Podemos encontrar la pintura de William-Adolphe Bouguereau, donde dos niños se besan de forma tierna, proyectando el amor más inocente y puro, o la escultura de Antonio Canova donde el amor es más adulto y tiene su ligero toque sexual.
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Pero si de amor va la cosa, la literatura ha tratado el tema como en ninguna otra rama de la expresión artística. Obras conocidas y reconocidas que se han extrapolado al teatro, al cine y que han sido la base para la creaciones de piezas musicales, por centrar el objetivo más allá de las artes plásticas.
Las obras literarias como Tristán e Isolda, basada, en una leyenda celta que Wagner tomó como inspiración para componer su gran ópera y llevada al cine en 2006 por Kevin Reynolds, pasando por Anna Karenina, al vampiro más temido de la historia, Drácula, llegando a piezas más recientes como No digas que fue un sueño de Terenci Moix.
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Pero cabe destacar que, si hablamos del tema, el amor que más duele, un amor desgarrador y pasional, este es sin lugar a dudas el representado por Romeo y Julieta de William Shakespeare. Se trata de la obra más reconocida, no sólo del autor inglés, si no de todos los tiempos. Una obra que ha traspasado las fronteras, tanto físicas como temporales, y que a día de hoy sigue siendo un referente universal cuando nos referimos a este sentimiento que mueve el mundo. Llevada infinidad de veces al teatro y adaptada al cine por George Cukor en 1936, Franco Zeffirelli en 1968 o la más ‘actual’ Romeo + Julieta de Baz Luzhrmann en 1996.
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Y si hablamos de cine, el amor es uno de los recursos más utilizados en el mundo del celuloide. La gran mayoría de las películas, ya sean más comerciales o más indies, contienen en su trama principal o en sus sub-tramas el amor como base. Películas como Lo que el viento se llevó, Casablanca clásicos que tienen como base una historia de amor o películas más actuales como Titanic, Brokeback Mountain donde el amor juega el papel principal de la película.
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El amor ha servido y sirve como forma de inspiración para el mundo del arte desde tiempos memorables. La pintura, la escultura, el cine, la música, beben de su fuente de inspiración
Así, si eres una de las personas que disfrutan de San Valentín, como si lo repudias, puedes aprovechar para disfrutar de las grandes obras que ha dado el arte gracias al amor tanto sólo, como acompañado de quien más te apetezca.
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