Hoy no es tu día. Los corazoncitos y los mensajes de amor te brotan a borbotones por las orejas. ¿El reciente desamor, la insufrible soledad o la simple intolerancia a las dosis de amor empalagoso hacen que Cupido y San Valentín se convierta para ti en una tortura insoportable? Pues Malatinta, volcada en su función social, te ayudará este Día de los Enamorados incitándote al siempre gratificante vicio de la cinefilia: hoy te proponemos quince películas que distan mucho de las comedias románticas de finales felices que hoy saturan la parrilla catódica: amor, sexo y relaciones intensas desde un punto de vista muy distinto al que prodiga el angelito de las flechitas que apunta y dispara sin preguntar primero.
‘Se nos rompió el amor’ o por qué no deberías casarte
Tres ejemplos te convencerán de que si no has cumplido el deseo de tu progenitora de subir al altar, no te pierdes nada.
- La Guerra de los Rose (Danny DeVito, 1989). Si alguien hubiera avisado a Michael Douglas y Kathleen Turner de los peligros de rendirse al flechazo sin pensarlo dos veces y los crueles desenlaces de una pésima vida marital… ¿El culpable? Un DeVito que decidió llevar a la exageración la obsesión por vencer al rival, antaño compañero/a de cama.
- Revolutionary Road (Sam Mendes, 2008) La maestría de este director para narrar con sutileza las ausencias y el hastío de una crisis matrimonial, la rutina de la vida cotidiana y la renuncia a los sueños propios – algo que ya mostró con gran destreza en American Beauty (1999)- se ofrece en esta cinta bajo el dilema de elegir entre los ideales perseguidos o conformarse con una anodina y monótona vida vacía de emociones.
- Blue Valentine (Derek Cianfrance, 2010) Esta historia sobre la descomposición de un matrimonio, narrada sin artificios y con dureza, contó con interesantes críticas en su paso por distintos festivales como Cannes o Sundance. Ryan Gosling y Michelle Williams protagonizan este título lleno de desesperanza.
Inconsolables, insaciables e insatisfechos
Consólate, a veces es mejor estar solo/a que mal acompañado/a. Hay quienes, a pesar de tener pareja y/o contar con una intensa vida sexual, tienen sustanciales dificultades para ser felices.
- Shame (Steve McQueen, 2011) No habla de amor, sino de la culpa, la vergüenza y la insatisfacción bajo el prisma de la adicción al sexo del personaje de Michael Fassender, que logra con extraordinaria calidad interpretativa e intensidad dramática rellenar huecos de una historia carente de detalles explícitos en su narración. Deberías verla tan sólo porque se trata de una obra imprescindible.
- Closer (Mike Nichols, 2004) Sexo, amor, infidelidad, pasión, abandono… la complejidad de las relaciones se narran con suma lucidez desde las sugerentes líneas de un insuperable guion y la soberbia dirección de cuatro sólidos actores: Clive Owen, Natalie Portman, Jude Law y Julia Roberts.
- Match Point (Woody Allen, ) El realizador neoyorkinose alejó de los arquetipos narrativos a los que nos tenía acostumbrados para hablar de la ambición, la pasión obsesiva y la frustración en otro de los títulos relevantes de su inmejorable filmografía.
Amor perturbado o ‘¿cómo me he metido en este lío?’
La incapacidad del ser humano con conformarse con lo que tiene no siempre logra el efecto deseado. Algunos cometen errores imperdonables; otros simplemente han tenido mala suerte…
- Atracción fatal (Adrian Lyne, 1987) Moraleja con moralina incorporada: ‘piénsalo antes de ser infiel’. Esta película del británico director de cine hizo que en los años ochenta muchos de aquellos que se sintieron tentados a quebrantar el santo sacramento del matrimonio se lo pensaran dos veces.
- La piel que habito (Pedro Almodóvar, 2011) Narrada con la sutil naturalidad ante situaciones grotescas que sólo el director manchego es capaz de plasmar en el celuloide, esta cinta habla de la obsesión y la venganza en un transformación sin retorno e irreversible.
- La novia cadáver (Tim Burton, 2005): No se debe jugar con los anillos de compromiso de otras personas, sobre todo si están muertas. La intensidad del ambiente gótico y oscuro del director sirve a la perfección a esta historia sobre personaje atrapado entre dos mundos de luces y tinieblas.
Cuando se acabaron las perdices…
¿Para qué meterse en líos amorosos? Amor no correspondido, amor imposible, amor inolvidable… No siempre los finales cuentan con perdices de postre.
- Olvídate de mí (Michel Gondry, 2004) Este título – cuya traducción al español resulta tan incomprensible como dolorosa: ‘Eternal Sunshine of the Spotless Mind’- trata sobre la liberación ante el olvido, el perdón y la incapacidad para superar una ruptura.
- Mi mundo privado (1991, Gus Van Sant) El desaparecido River Phoenix y Keanu Reeves protagonizaban esta cinta sobre el desarraigo y la búsqueda de la identidad cuando se entremezclan en la vida con el amor no correspondido.
- Brokeback Mountain (Ang Lee, 2005) Las barreras y los tabúes, tanto los propios como los ajenos, marcan esta historia de amor imposible a lo largo de 20 años basada en el relato de Annie Proulx, que incluso se ha adaptado a la ópera.
- Amistades Peligrosas (Stephen Frears, 1988) Cualquier excusa es buena para introducir esta obra maestra en un ranking cinematográfico. Hagamos una reverencia a Glenn Close – bien acompañada por Malkovich y Pfeiffer- como digna maestra de la interpretación en esta cinta sobre cómo los celos, la ambición y la pesada losa de la reputación social se imponen frente al amor. Indispensable.
Te hemos dejado tarea para pasar este día, pero tampoco desesperes, no tratamos de que renuncies a ‘the sweetest thing’. Si sufres desamor, ya es hora de cerrar esa puerta; si estás harto/a de buscar pareja, no te aflijas, todo llega; si estas instalado/a en la rutina, cambia lo que no funciona; si estás enamorado pero simplemente sufres alergia a los corazoncitos, mañana será otro día… Nada es tan grave como parece, así que relájate y disfruta con alguna de estas películas. Quizá el año que viene no necesites un ranking de este tipo porque habrás sucumbido a la adicción del amor mas pegajoso y te descubrirás a ti mismo/a disfrazado/a de Cupido para sorprender a tu pareja por San Valentín.
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