¿Imaginas una y otra vez cómo sería quedar con ese chico con el que siempre cruzas miradas en el autobús? ¿Estás deseando poner en marcha un proyecto profesional o personal en el que piensas desde hace siglos mientras fantaseas en tu curro de mierda? ¿No consigues decirle a tu madre que no quieres hacer algo que ella quiere sin que deje de prepararte esos tupper tan ricos que te salvan de la anemia y de gastar tu sueldo en alimentar a los hijos de los pizzeros de media ciudad? ¿Siempre te ha apetecido interpretar la canción de Titanic a grito pelao en el karaoke de la esquina o apuntarte a clases de claqué pero una vez te dijeron que eras demasiado torpe? ¿Quieres decirle que la quieres y que no te hace ni puta gracia que se folle a otros quieres tener algo serio con ella?.
Te mueres de ganas de hacer algo, pero no te atreves.
Estás acojonad@. Reconócelo…y ¡descojónate!
No eres el primer@, ni serás el últim@.
Podemos oler el miedo desde aquí igual que tu ligue puede oler el ajo del alioli que te has zampado antes de quedar mientras te tomabas una cañita con amigos para aliviar un poco los nervios de la primera cita. Pero queremos ayudarte, es hora de lavarse y cambiar de olor. Es fácil, acércate al bordillo, quítate la ropa y tírate a la piscina. Si los jugadores de fútbol lo hacen, no puede ser muy difícil.
¿Miedo a tirarte y darte un planchazo? (Casi) todos lo hemos experimentado alguna vez: la piel se pone rojo, al principio pica y a veces duele, pero luego siempre se pasa… Ya lo cantaba Alejandro Sanz con el ‘Corazón partío’: «después de la tormenta siempre llega la calma».
Piénsalo. ¿Qué es lo peor que podría ocurrir? ¿Acabar así? Precisamente por esa torpeza canalla esta muchacha tiene millones de seguidores en el mundo.
¿Cómo hacerlo?
- Piérdele el miedo al miedo. No pasa nada: todos lo sentimos. Es humano. Permítetelo. ¿Acaso piensas que Sigourney Weaver no tenía miedo antes de pelearse con el Octavo Pasajero? No es que le oliera el aliento, se estaba cagando viva.
- Admítelo, reconoce que tienes miedo. Deja de negártelo. Seguro que alguna vez has escuchado en las películas que el primer paso para cambiar que eres alcohólico es reconocerlo. Pues esto es igual.
- Respeta tu propio ritmo y escúchate. El cuerpo es sabio y pide lo que necesita, si sabe que necesitas esa cervecita en una terracita de verano, ¿cómo no va a saber lo demás? Dedícate un tiempo de reflexión en el que poder valorar qué te gustaría cambiar o qué te gustaría conseguir.
- Focaliza y concreta tu objetivo. Imagina que tienes un arma, si te pusieras a disparar a diestro y siniestro, perderías balas, energías e ilusión; mira por el visor y concéntrate en un punto antes de apretar el gatillo.
- ¿Lo tienes? Bien. Construye una escalera, con peldaños pequeños, ¿qué necesitas que tenga el primer escalón para poder llegar al segundo? Traza un plan de ruta. Disfruta el camino, no hace falta correr si no has calentado.
- Y si sale mal… ¿Qué? Piensa qué es lo peor que puede pasar. Si la respuesta es que se acaba el mundo o que se abrirá una grieta en el suelo y te engullirá…Joder, en ese caso, espera hasta que acabe Juego de Tronos. Pero si no, relativiza. A veces se gana, y a veces, se aprende.
- Ponle ganas. Inténtalo. Esfuérzate. Pero en serio: PONLE GANAS.
- A veces hay que intentarlo dos veces (o tres, o cuatro… O quince). Goku no consiguió hacer la onda vital a la primera.
- Y si sale… ¿Bien?
Que no se diga que no lo has intentado (venga va, este es por rellenar, es que es tarde, me quiero acostar y dejar la lista con nueve puntos quedaba un poco mal; aquí somos así de chulos)
Sí Baby de ‘Dirty Dancing’ pudo aprender a bailar y hacer el saltito fuera del agua sin romperse los dientes, si Rocky Balboa consiguió subir todos los escalones y este perro es capaz de mear así.
¡¡Tú también puedes (mojarte)!!
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